1. Los ojos de Beatriz


    Fecha: 21/08/2025, Categorías: Incesto Autor: Fantasma Verde, Fuente: CuentoRelatos

    I.
    
    Beatriz cerró la puerta de su cuarto con cerrojo y se metió al baño. Aún sentía la calidez en su entrepierna como la noche anterior y al recordar el bulto de su hijo presionando contra sus nalgas se le pusieron duros los pezones; los sentía palpitar húmedos debajo de la bata. Le había pedido que se quedara con ella pues a veces no podía calmar a su hermana y solo él conseguía dormirla de nuevo, cosa que hacía tan pronto la tomaba en sus brazos. Una vez lograda esa proeza, se acostaba junto a ella y se quedaba dormido, pero entonces se volteaba y quedaba justo detrás de ella, recargando su pene en sus nalgas como había sucedido hace un par de noches.
    
    Varias veces le había visto el pene cuando entraba a su habitación por las mañanas y por general, su miembro erecto hacia una "carpa" con las sabanas. Ella lo miraba un segundo y luego apartaba la vista, pero en días recientes, cada vez le costaba más dejar de mirarlo. Ya lo había visto desnudo cuando iban a la playa y se cambiaba el traje de baño, o cuando salía de la regadera en casa; siempre de manera accidental. Nunca lo vieron con morbo y aunque Ricardo terminaba apenado, ella solo le sonreía como si no pasara nada, aunque tuviera la cara completamente roja. No recordaba que su padre tuviera el miembro de ese tamaño, o siquiera el padre de Adriana, que cada día aborrecía más por su ausencia.
    
    Llevó una mano a su pecho y sintió su peso. La leche brotó de su pezón inmediatamente y comenzó a masajearlo despacio. Cerró ...
    ... los ojos disfrutando la sensación, pero de pronto, la imagen del pene de su hijo apareció súbitamente en su mente y se detuvo. El corazón le latía muy fuerte y su cabeza daba vueltas, pero quería continuar pues estaba muy caliente. Bajó su mano hasta su vagina y la frotó despacio. Poco a poco los flujos empezaron a brotar y fue introduciendo uno y luego dos dedos. Tenía la boca abierta y apretaba fuertemente los ojos conforme iban avanzando por su estrecha cavidad. Imaginaba que la penetraban por detrás mientras jugaban con sus pechos o le daban nalgadas con una mano. Esto hizo que se estremeciera más mientras se mordía los labios para no hacer ruido. Aumentó el ritmo de su mano y al poco tiempo se corrió.
    
    Fue un orgasmo muy fuerte que no tardó nada en llegar, empapando su mano y el pijama con los fluidos que salían de su interior. Quería más. Se desvistió y se metió en la regadera; el agua caliente corría por todo su cuerpo e inmediatamente comenzó a acariciarse. Tenía unos pocos minutos antes de que Adriana se despertara. Masajeaba con fuerza sus pechos mientras metía y sacaba dos dedos de su vagina, que resbalaban perfectamente por la gran cantidad de fluido que emanaba de ella. Se detenía en su clítoris y cuando lo masajeaba en círculos sentía que estaba por explotar. Bajó la otra mano a su entrepierna y se introdujo un dedo, al tiempo que la otra se entretenía con su botón.
    
    Gimió despacio tratando de que el sonido del agua corriendo opacara su voz y cuando le vino ...
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