Lucía, dominación y sexo en la Roma Imperial (Segunda parte)
Fecha: 25/08/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
Julio dejó el libro que estaba leyendo sobre la mesa de su habitación y suspiró. Echaba de menos la brisa marina de Pompeya. En Roma había demasiada gente y pasear por algunas calles a determinadas horas era peligroso. Sin embargo no podía quejarse, su familia, sin ser de las más ricas, era acomodada. Su madre había insistido en cambiar de aires y venir a Roma a hacer vida social. Su obsesión por la moda era, en su opinión, patológica. Luego estaba su padre, Fulvio, un tipo inteligente que solo tenía una debilidad, su esposa, a la que trataba de complacer en todo aun cuando eso pusiera en peligro la economía familiar.
Luego estaba el asunto importante, su matrimonio. Al parecer una tal Lucía, hija de un amigo de su padre era la elegida. No tenía ni la menor idea de quien era la tal Lucía, pero mañana, en el banquete nocturno, saldría de dudas. Solo tenía que pensar en como presentarse, tenía algunas ideas pero...
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el anuncio y entrada de tres esclavas que en silencio permanecieron de pie, alineadas, aguardando órdenes.
Juan se levantó y las observó. La primera empezando por la izquierda era una cocinera joven y con el rostro regordete. Sus pechos, de gran tamaño y su culo respingón no pasaban desapercibidos.
A su lado estaba Xing, la más joven de las tres. Xing atendía personalmente a la madre Juan, enfrentándose al reto de arreglar su cabello y mantener en pie los peinados imposibles con los que se encaprichaba. Juan ...
... estaba seguro que, por muy buena que fuese en su trabajo, las expectativas de su madre eran difíciles de satisfacer. En más de una ocasión había oído el ruido del castigo. Una vez se había asomado encontrando a la esclava con el culo al aire sobre las rodillas de su progenitora, el cepillo de madera cayendo sobre las pálidas nalgas pintándolas de rojo.
Por último la nueva.
- ¿Te conozco? - preguntó Juan.
La esclava bajó la mirada sin responder.
Juan se acercó a las mujeres y acercándose y tocando en el hombro a Xing le dijo que le mostrase el trasero. La esclava obedeció dejando a la vista un culete con señales de haber recibido un correctivo recientemente. Juan sintió un cosquilleo en su pene.
- Esta bien, tú y tú podéis iros. - dijo el hijo de Fulvio señalando a la cocinera y a la propietaria de las nalgas rojas.
Las muchachas abandonaron la sala.
- ¡Desnúdate!
La esclava que quedaba obedeció y dejó caer la túnica que llevaba y levantando los ojos dijo.
- Dominus, ¿sóis el soldado verdad?
Juan contempló el cuerpo desnudo que tenía en frente.
- Veo que te azotaron y te marcaron el seno. ¿Cómo te llamas? - dijo mientras tocaba con la mano las nalgas de la joven.
- Maya. - respondió la mujer visiblemente nerviosa. Sus manos temblando.
Juan dejó de tocarle el culo.
- Veo que no ardes en deseo de tener sexo. Podría forzarte, pero no es mi estilo.
- Dominus ¿yo? la señora... - reaccionó Maya con un tono de alarma en su voz.
- ¿Sabes ...