Nochevieja
Fecha: 28/08/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... atendidas sin dejar de que mis nalgas se privaran de sus atenciones. Me levantó el vestido para deleitarse de un contacto más directo. La excitación se amplificó y busqué el bulto que sobresalía de forma anormal, lo palpé primero y lo apreté con firmeza después, seguidamente le desabroché el pantalón y me apropié de una hermosa verga que se ponía a mi disposición, tan dura como una estalactita y con un aspecto similar al asta de un toro, ideal para pasar toda la noche fornicando, pero eso era imposible. El momento sólo daba para un polvo rápido apoyada en el capó del coche. No había más opciones.
Mientras yo meneaba el garrote con fruición, sus dedos chapoteaban del mismo modo dentro de mi coño buscando el punto G, de ahí que el gusto que me estaba dando causó la perdida completa del control. Me levanté el estrecho vestido, hice el tanga a un lado y me apoyé sobre el capó dándole vía libre. No lo dudó, se cogió la entrepierna, la condujo hasta la entrada, tanteó unos segundos en la raja y con un golpe de riñón me la clavó de un estacazo. El gusto que me dio el cabrón es difícil de describir, no sólo cuando me penetró, sino cuando empezó a follarme con furia, y ante los vigorosos embates me fue difícil contenerme y me corrí abiertamente como una primeriza. Mientras jadeaba de placer, le grité que no eyaculase dentro, así, al concluir mi orgasmo, se salió solicitando mi atención. Apenas había recuperado las pulsaciones, apresé su verga para masturbarlo a fin de que ...
... obtuviese su premio, pero, tras unos minutos aplicando mis habilidades pajilleras pensé que se estaba demorando más de lo previsto. Le advertí que ya estábamos tardando demasiado y me exhortó a hacerlo con la boca, de ese modo le vendría antes, —según me indicó—, con lo cual accedí, me puse en cuclillas y engullí el rabo poniendo todo mi empeño y empleando mis dotes de mamona con la intención de que no se retardara el final. Me hubiese gustado recrearme en la mamada, darle placer, repasar cada centímetro con mi lengua, pero el tiempo apremiaba y por eso incrementé el ritmo con mayor diligencia hasta que se le doblaron las piernas y sus gemidos se aceleraron advirtiéndome de la primera ráfaga que se aventuró en mi garganta, acompañada de una arcada, pero mi propósito era retenerla en la boca para que no me manchara el vestido, de ese modo, conforme él iba soltando lastre, yo lo liberaba entre las comisuras de mis labios hasta que su polla dejó de vomitar leche. A continuación, su cuerpo quedó laxo apoyándose en el capó.
Escupí su corrida en el suelo, me limpié la boca y no pude dejar de paladear el amargo sabor. No me desagrada la degustación en ese momento, pero es un regustillo que se me queda durante bastante tiempo e incluso llega a incomodarme.
Por añadidura, me hubiese gustado seguir follando. Tenía energías y ganas para hacerlo, sin embargo, ya habíamos rebasado la barrera permisible en la que podían empezar a sospechar de nuestra tardanza. Hubiese querido disponer de un ...