1. Visitas a mi vecino (Olor a chocolate)


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    Diego se quedó pensando en las palabras de D. Pedro…
    
    Edu, el masajista del equipo de fútbol. Ese cabrón, estaba esperándole para tomarse una copa… y probablemente también estaría el entrenador; que aunque estaba buenorro a tope, era medio tonto, y no terminaba de verlo…
    
    Mientras llegaba al portal en el que vivía su tía Ana, no dejaba de pensar en ello; pero, no sabía cómo tomárselo. Cuando llegó, se olvidó del tema y se dedicó a llamar insistentemente; no le importaba despertar a su primo. Estuvo llamando, una y otra vez… pero, no obtuvo respuesta. Estaba claro que:
    
    O, no estaba en casa, o, tenía el sueño muy pesado.
    
    Volvieron a su cabeza las palabras del padre de Loren. Le había invitado a subir a tomar algo, en el quinto B…
    
    ... y, francamente, se había despabilado por completo. Le apetecía estar un rato acompañado de un señor así; tan educado y bien parecido. Además, quería conocerlo de una manera más informal; tomándose algo con él y sus amigos (por ejemplo)…
    
    Cruzó la plaza y cuando estuvo en el portal, pulso el 5B.
    
    Ariel se sentía flotando... y disfrutaba agradablemente el abrupto balanceo que le proporcionaban las certeras embestidas de ese señor, recién llegado. Se moría de gusto sintiéndole dentro de él.
    
    - Menudo aparato se gasta el cabrón, pensaba… mientras empezaba a molestarle, un poco, lo mal que lo tenían agarrado Alejandro y su amigo el masajista para follárselo.
    
    Pero no se quejó; y siguió con la cabeza hacía atrás y los ojos ...
    ... cerrados, abandonado a la tremenda follada que le estaban pegando los tres.
    
    Ahora le sujetaban, por las axilas; Edu a un lado y Alex, al otro... mientras, Pedro se lo follaba cogiendo sus piernas y colocándolas sobre sus hombros…
    
    Se la hundía profunda y lentamente. Y cuando ya estaba a punto de llegar al fondo, le pegaba un respingo y volvía a las andadas.
    
    Nunca pensó que se pudiera follar tan a gusto. Ni que hubiera muchachos tan ricos y bien dispuestos, para follárselos, en su barrio.
    
    Pero, alguien estaba llamando abajo…
    
    Dejaron al chico tumbado en el sofá; y Alex se dispuso a salir a atender el telefonillo.
    
    - ¿Quién será?… a estas horas, se supone que todo el mundo está en la cama ¿no?, dijo Edu…
    
    - ¡No sé!
    
    Y se quedó pensando en lo que le había dicho a Diego hacía un rato…
    
    - Como no sea que el amigo de mi hijo, se haya decidido a subir… le he invitado a tomarse algo con nosotros…
    
    … ¡está riquísimo!...
    
    - Pues entonces atiende tu, ¡coño!… que por lo menos sepa donde es la fiesta ¿no?, dijo Alex.
    
    - ¡Vale!, ¡vale!…
    
    Salió a la entradita y cogió el telefonillo
    
    - ¡Sii!, ¿quién es?
    
    - ¿D. Pedro?...
    
    - ¡Si!, ¿eres tú, Diego?
    
    - ¡Si!, es que al final me he animado y he decidido aceptar su invitación… ¿sigue en pie?
    
    - ¡Claro!, ¡por supuesto!… ¡un momentito!
    
    Pedro, se sacudió las manos y entró en el salón un tanto excitado. Informó de lo que pasaba, y volvió al telefonillo.
    
    Pulso el botón de apertura y… ¿ya está?
    
    - ¡SI!, ¡VENGA QUE ...
«1234...»