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Cuando mi prima descubrió mis relatos eróticos
Fecha: 08/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Xtian, Fuente: CuentoRelatos
... eróticos para calentar. —¿Y por qué cuadran todos los datos que das de fechas y lugares con tu vida? ¿No será porque son ciertos? Eres un salido y un enfermo. Hoy te voy a devolver lo que haces en esos relatos para que veas lo que se siente. —¿Vas a violarme zorra? —Mi paciencia había llegado a su límite. —No, solo voy a hacer la parte previa, la de humillarte. Vas a desear no haber hecho eso nunca. —Algún día me tendrás que soltar y veras… —Amenacé —Te soltaré… ¿Y? ¿Qué harás? ¿Se lo vas a decir a tu mami? ¿O a la mía? ¿O me vas a atar y violarme a mí también? Te voy a tener agarrado por las pelotas. —Juro que te devolveré todo lo que me hagas. —¿Y a ellas? —¿A quién? —A mis dos amigas que están viniendo hacia aquí ¿También se lo vas a devolver? Estas jodido primito. Marta se bajó de mí de un salto y salió corriendo de la habitación. Volvió al cabo de un minuto con un zumo en cada mano. Colocó uno de ellos junto a mi cabeza y llevó la pajita que llevaba en él en mis labios. Ella se subió a la cama, se sentó a lo indio a mi lado y comenzó a beberse su zumo. La miré con odio. Ella me devolvía la mirada con una sonrisa de orgullo. Aspiré por la pajita y di un trago a aquel zumo para aliviar mi sequedad. Estaba asqueroso. —No te imaginas —Comenzó a decir— Lo que me costó quitarte el pijama y desnudarte mientras dormías. Tuve que coger unas tijeras y cortártelo todo para sacártelo. —Zorra enferma —Dije dando otro sorbo al zumo. —Y anda ...
... que para atarte… ¡Como pesas! —Seguía vacilándome. De repente se hizo la luz en mi cabeza. —¿Y cómo es que no me desperté? ¿No me habrás…? —Bueno, igual en la ensalada de ayer se me cayó un poco de roinol ¿Pero no es para tanto no? Escupí inmediatamente todo el zumo que tenía en la boca. Mi prima comenzó a reírse. —Tranquilo, que no te he echado más en el zumo. Solo te he machacado un par de pastillas de viagra, pero te prometo que no te he echado más roinol —Dijo mientras pasaba un dedo por encima de la sabana desde mi cuello hasta casi mi entrepierna— Voy a abrir a mis amigas que ya están aquí. Suponía quienes venían, las dos que siempre andaban con mi prima. Apenas había hablado dos veces con ellas en mi vida, las conocía más por las cosas que me contaba Marta que por otra cosa. La primera era Miriam, una chica bastante corriente, con unos kilitos de más pero sin llegar a ser una obesa. La segunda era Laura, una rubia que haría tartamudear a cualquiera que intentara hablar con ella, como me pasó a mí por ejemplo. Podía ser perfectamente una top-model de primera fila mundial. Guapísima de cara y con un cuerpo escultural. Oí como entraban y como se reían las tres a la vez mientras avanzaban por el pasillo. Marta se asomó la primera a la habitación e hizo pasar a sus amigas. Las dos con un look bastante informal, con unos vaqueros y camiseta por encima. —¡Ta-chán! ¡Aquí esta nuestro cabrón particular! —Me presentó Marta. Sus amigas contuvieron la risa ...