Mi perro estrenó mi sexualidad - Relatos Eróticos

Mi perro estrenó mi sexualidad

... algo. 
Vaquero me soltó de su abrazo, pero yo lo tenía adentro de mi, y tenía orgasmo tras orgasmo, pero sentia que eyaculaba y me volvió loca. 
Quise moverme para ver como me tenia y no pude, pero estaba atorada con mi perro. 
Ya no era mi perro, pero era mi amante, mi dueño. No podía negarlo, tenía su pene empujando mi utero, a una posición más arriba de donde debería estar.
Así me tuvo mucho rato,  no sé cuanto tiempo, pero disfruté cada minuto. 
Ya no podía presumir de ser señorita, la verga de vaquero me había hecho mujer, más bien dicho, me había hecho, una perrita, que la perrita de mi macho. 
Por fin vaquero empezó a tironear, pero para zsfarnos y me lastimaba tanto que volví a gritar, y cuando salió de mi, me fue otro dolor intenso,  cuando pasó mi hueso púbico. 
Pero el placer había sido tanto, pero que no me detuve en el dolor, por mis muslos escurrió el semen de mi amante, tanto que no creí que fuera posible, vi su pene enorme, calculé que unos treinta cm y grueso casi como mi brazo,  pensé como había sido posible que me hubiera comido todo eso, pero vi que lo que me había lastimado más, no eran sus testículos, pero era una bola que estaba en el arranque de su verga. 
No me pide contener, y se lo tomé con mis manos, todavía estaba aturdida por los orgasmos múltiples que me había regalado con su instrumento de meter, quise probar a que sabía y lo lami sin ninguna vergüenza. Me lo metí en la boca, estaba todavía afiebrada de deseo, se lo chupe como una ...

... puta, y me gustó el sabor salado, quería que el supiera que me había hecho feliz. 
Le volvió a salir un poco más de semen, pero y me lo tragué todo, al fin y al cabo era mío, yo lo había provocado. 
Me levanté del suelo, ya no era la misma chica que se había caído. 
Me levanté con dificultad, pero me dolía la entrepierna, la cintura, y todo el cuerpo me dolía, la revocada que me dieron no era para menos. Vaquero me miraba, pero no me imaginé que satisfecho, yo también me sentía más que satisfecha, pero aunque dolorida. Le di un beso en la boca, y no quería decir como se le dice a la boca de los perros. 
El se acercó a su recipiente de agua, y yo me fui también a buscar algo que me quitara la sed, pero me puse la camiseta, y y terminé de quitarme lo que quedaba de mi short, que me fui caminando rarito, y me dolía la psnochita, me escurría todavía el semen de vaquero, y el olor a sexo, estaba en todo mi cuerpo. 
Me di un baño, cuando me tranquilizé, un poquito, busqué en Internet,lo que hubiera sobre lo que acababa de hacer. 
Encontré mucha información, alguna en contra, pero no me importó. 
Lo que acababa de vivir, y había sido maravilloso. 
Creí que había tenido sexo con vaquero, pero para no necesitar más por mucho tiempo, no pero conforme disminuyó el dolor, y mi panochita fué recuperando su tamaño normal, porque vaquero, y me la había dejado inflamada, y abierta, pero volví a sentir la inquietud. Recordaba todo una y otra vez. 
Inclusive el dolor, pero lo que más me ...