1. HORMIGONANDO 3


    Fecha: 24/09/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... que conocías a Dani…
    -¿Quién no conoce al ingeniero en este pueblo? ¡Desde que se la enterró a Etelvina es imposible no conocerlo! – La señora, la abuela de Claudia, no tendría muchos años más que Etelvina…, y estaba tan voluptuosa como ésta, aunque con no tantos kilos de más. Supongo que con toda alevosía vino con un batón semitransparente, para que se note las soberanas tetas, los pulposos labios externos, apenas cubiertos por una semipeluda pelvis, con bellos pendejos castaño claritos…, y el volcánico culo! – Nena…, ¿por qué suponés que yo no querría conocer al ingeniero que está haciendo feliz a un montón de mujeres en el pueblo, incluidas mi nieta y mi hija?
    	Yo seguía bombeando. ¡Por lo menos le mostraría a la abuela, como gozaba la hija!
    -¡Mami, mamita! ¡Ay papito!  ¡Dani me hace muy feliz! ¡Me corrooooo! ¡Ssíííí! ¡Aaaaahhhh! - Cuando comenzó su derrame, inmediatamente Claudia se corrió bajo la madre para chupar los fluidos.
    -¡Muy bien! ¡Así me gusta! Etelvina y sus hijas tienen razón. ¡No podés dejar de acabar cuando tenés adentro al ingeniero! – La “abuelita” alentaba con entusiasmo.
    -¡Jajaja! ¡Señora, es un placer conocerla! – Es el momento que le muestre mi interés…, sin dejar de bombear, con la pija bien adentro de la hija.
    -¡A mí mucho más! ¡Te lo aseguro! – La “abuelita” se acercó a mí y me acarició una mejilla, mientras yo todavía tenía clavada a su hija. - ¿Están bien ustedes dos? Vayan a preparar la cena. Dani, no le acabés en el culo a Dalia. Yo me ...
    ... ocuparé…
    	Hija y nieta se recompusieron, se bajaron de la cama, y así, desnudas, con los hermosos culos cacheteando para mi placer, se fueron hacia la cocina. La “abuelita” es taxativa. 
    -¿Te puedo dar un besito? – Me miró sonriente.
    -Por supuesto. – Me acerqué a ella, dispuesto a besarla…
    	Me dejó con la boca semiabierta. Se arrodilló y se llevó la pija a la boca, besándome el glande y siguiendo por el tronco hasta los huevos. Luego se la metió en la boca, mamando con fruición, mientras se masturbaba. ¡Ahora sí! Se paró y me besó en la boca.
    -¡Si nene! ¡Vale la pena chupártela! ¡Etelvina tiene razón! – No entendí porque me llamó “nene”. ¡No es mucho mayor que yo!
    	Me llevó hacia la cama. Se acostó bocarriba, bien abierta de piernas, con el batón levantado, mientras lo desabrochaba. Me acomodé arrodillado entre las piernas. Pensé en un misionero, pero ella levantó las piernas y las colocó sobre mis hombros. ¡Quería un “candelabro”! Hay un par de almohadas por allí. Le hice levantar la cadera y le coloqué las almohadas bajo ella. Es excitantemente placentero verla con el batón abierto, sus piernas sobre mis hombros y la concha excelentemente expuesta, con el suave bello y los gorditos labios, que abrí con la cabeza, profundizando la penetración con suavidad. Ella me mira con una sonrisa y placer. ¡Terriblemente erótica esta mujer!
    	La “abuelita”, de la cual todavía no sabía su nombre, me acariciaba suavemente las caderas, la cintura, el pecho, hasta detenerse en los ...
«1234...9»