HORMIGONANDO 3 - Relatos Eróticos

HORMIGONANDO 3

... pezones. Es hermoso eso. La imité. Con una mano acaricio sus tetas, los globos, las areolas, los pezones… La otra mano la llevé al clítoris, acariciando y pellizcando. La sonrisa de ella era pura seducción. ¡Una maestra del coito! 
	A pesar de la edad la tenía estrecha y palpitante. Profundicé hasta el útero y la retiré muy despacito, hasta dejar solamente adentro el glande. Volví a la profundidad. Fui aumentando la velocidad. De pronto ella entreabrió la boca y me aprisionó el tronco. ¡El beso de Singapur! ¡Esta mujer es maravillosa! Había dejado de lado el traslúcido batón. Se lo desprendí hasta el escote y lo retiré hacia los costados, sobre la cama. ¡Así pude ver las tetas en su totalidad! ¡Inmensas! ¡Lo más genial para una cubana! 
	Me tiré sobre sus pechos, a chupar y morder los pezones. 
-¡Dios! ¡Qué rico Dani! ¡Sos una maravilla! - ¡Al fin gritó y gimió! – ¡Seguí, seguí, dale que es rico! 
	Me gustó su expresión. Aceleré las embestidas. Levantó sus piernas y las recogió sobre ella. A pesar de la edad, tenía una maravillosa flexibilidad. No se las tomé, porque no quería privarle del movimiento que quisiera. Sentí que estaba cerca de la eyaculación…, pero quiero que llegue al orgasmo antes que yo. Insistí con mis caricias en el clítoris. Comenzó a palpitar, leves estremecimientos, como cuando decís “me pasó la muerte por encima”, y se pone la “piel de gallina”. 
-¡Dani, tesoro! ¡Dios! ¡Qué placer! – Fue con las piernas a mis hombros de golpe. ¡Me clavó en la cama! ...

... Me apretó la cabeza contra sus tetas. Levantó las caderas… ¡grandioso! ¡Me estrujó la pija! – ¡Dani, Dani…! ¡Años hacía que no tengo semejante orgasmo!  
	Cuando aflojó su presión sobre mi cabeza, fui a la entrepierna. La chupé hasta no dejarle una gota. La “abuelita” gemía, suspiraba, aspiraba y expiraba con energía…
-¡Dani, tesoro! ¡Dale, dale, llename con tu semen! ¡Quiero que eyacules! ¡Llename, por favor!
-¡Quiero tus tetas… “abuelita”…!
-¡Todas tuyas! – Se las agarró ofreciéndomelas. 
	Me enanqué sobre su pecho, la pija en el seno, entre ambas tetas. No lo dudó. Experta pajeadora con las tetas. El tronco totalmente cubierto por ellas. Sus manos la “manejaban” como a un camión. La pija totalmente cubierta de los fluidos de la abuelita. Cuando el glande llegaba a su boca lo acariciaba con la lengua. Cada uno de los movimientos mejoraba el anterior…
-¡Mamita! ¡Mi amor! ¡Me viene! - ¡Imposible aguantar más!
-¡Dámela! ¡A la boca! – Gritó, con la lengua afuera. Fue todo. Seis sacudidas y la garganta quedó inundada de semen.
-Me hubiera gustado mamártela, tenés que darme otra oportunidad.
-¡Si abuelita! ¡Toda tuya!
-¡Qué lindo abu…! ¡Dani no me puso la pija entre las tetas…! – Claudia, expectante, apareció de pronto.
-¡Todavía no tenés tetitas! Cuando las tengas como mamita le podrás hacer la “cubana”.
-¿Qué es eso? 
-Una paja que se le hace a los hombres con las tetas…
-¿Y eso cuándo será?
-En un par de años, ya vas a ver.
-Pasan pronto, tesorito. ¡Yo estaré ...