1. La reeducación de Atrana (27)


    Fecha: 09/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... expresaran la idea:
    
    -¿Cómo proponen que aproveche? ¿tienen alguna propuesta? –preguntó en tanto se excitaba cada vez más apretando con fuerza la cabeza de Lucía entre sus muslos.
    
    -La perrita vive con sus papis, ¿cierto? –pregunto Milena retóricamente.
    
    -Sí… -contestó Amalia.
    
    -¿Saben los papis que viene acá?
    
    -Creo que no…
    
    -¿Le preguntamos, señora?... –propuso Milena.
    
    Amalia liberó entonces a Lucía de entre sus muslos y mientras la adolescente respiraba agitada le preguntó:
    
    -Oíme, pendeja, ¿saben tus papis en qué andás? ¿saben de mí?
    
    -No, señora, claro que no, me muero si se enteran…
    
    La respuesta de la chica hizo que Milena y Marisa sonrieran, satisfechas y cada vez más excitadas.
    
    -Quiere decir que si no volvés a tu casa tus papis no sabrían dónde buscarte. –dijo Amalia.
    
    -¿Qué… qué quiere decir, señora?... –se alarmó Lucía.
    
    -Voy a ser clara. Tenés dos únicas opciones, pendeja: o desaparecés o te convertís en una más de mis esclavas, de mis perras, como Eva y Areana, te vas a vivir con ellas custodiada por Milena y se te acabó tu vida anterior, tu casa, tus papis, todo menos la escuela…
    
    Lo que acababa de escuchar hizo que Lucía temblara de pies a cabeza como nunca antes en toda su vida. La elección que le planteaba Amalia era un mazazo en el alma, en su mente, en su ser entero. Entonces susurró:
    
    -Le… le pido que… que me deje pensarlo, señora… Es muy fuerte… Es un horror…
    
    -Tenés hasta mañana. –contestó el Ama. –Y no pierdas el ...
    ... tiempo con llamaditos telefónicos. Si te decidís por ser una más de mis perras vas directamente al departamento de Eva y te presentás ante Milena. ¿Entendido?
    
    -Sí… sí, señora Amalia… -contestó Lucía luego de tragar saliva mientras no dejaba de temblar ante la dramática encrucijada que enfrentaba.
    
    -Ahora te vestís y te vas. –ordenó Amalia y dispuso que Marisa le anotara en un papel la dirección del departamento de Eva y bajara con ella para abrirle la puerta del edificio.
    
    A partir de allí y hasta el día siguiente la chica vivió un calvario originado en esa lucha que se libraba en su interior entre apartarse de todo ese mundo perverso y fascinante que representaba Amalia o entregarse a ella por completo, lo cual significaba abandonarlo todo: sus padres, su casa, su misma condición humana, su ser mujer para pasar a convertirse en una perra. Apenas llegó a su casa se encerró en su cuarto, se acostó y cuando su madre, al volver del trabajo, golpeó a la puerta y luego entró le dijo que no se sentía bien, nada grave, pero necesitaba descansar hasta el día siguiente cuando debería levantarse para ir a la escuela. Su madre la besó en la frente.
    
    -Mmmmmhhhhh, al menos no tenés fiebre. ¿Segura de que no vas a querer cenar, Lu?
    
    -No, ma, quiero descansar…
    
    -Bueno, hasta mañana, hija, te despierto a la hora de siempre.
    
    -Sí, ma, gracias…
    
    Llegó el día siguiente y fue el día de una victoria más del Diablo.
    
    Milena escuchó el sonido del portero eléctrico mientras observaba ...
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