Atrapada
Fecha: 10/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ominferno777, Fuente: RelatosEróticos
... pié y yo tampoco podía inclinarme mucho hacia adelante, pues no había espacio y podía resultar sospechoso para mi novio, en cambio necesitaba que me cogiera, lo necesitaba realmente. Seguimos jugando, yo con mi mano abrazaba su verga y humedecía mi mano en su glande para luego recorrerla y lubricar su tronco, él me mordía en el cuello y apretaba su pelvis contra mi culo, el contacto de su piel contra la mía era impresionante. Nuestras respiraciones iban en aumento y nuestro gusto también. Acercándose a mi oído, suplicaba:
-Te la tengo que meter, te tengo que coger ya, aunque sea lo último que haga en mi vida -eso me calentaba aún más y necesitaba inventar alguna excusa creíble para poder retirarme.
-Mi amor, tengo que ir al baño, no aguanto más -le dije a mi novio, en un acto desesperado por librarme de él por un rato.
-¿Ahora?, pero si no vas a poder llegar, esto está repleto -me contestó.
-Es que no aguanto más.
-Bueno, dale. Te acompaño.
-No, no, voy sola. Seguí viendo el recital tranquilo, yo voy corriendo y en un rato vuelvo.
-¿Sola?
- Si, si, no te preocupes. Gracias.
Así fue como pude liberarme por un momento de él, estaba fuera de mis cabales, me estaba comportando como una perra en celo. Ya no me importaba nada ni nadie, quería sentir aquella verga dentro de mí, así que me di la vuelta y tomando a aquél desconocido de la mano casi lo arrastré hasta los baños. El pendejo me había puesto tan caliente, no daba más. Salimos corriendo entre la ...
... gente hacia los baños, sus amigos nos acompañaron. Cuando al fin llegamos, pudimos ver que los de las chicas estaban completos y había fila, así que entramos en el baño de hombres.
-Oso, encargate -dijo el adolescente, a lo que su fornido amigo sacó a dos que estaban orinando con la excusa que los baños estaban momentáneamente fuera de servicio. Eran dos adolescentes de la escuela secundaria que organizaba el evento.
-Gracias oso, y que no entre nadie -le volvió a decir.
Entramos en aquel maloliente lugar y casi desesperadamente comenzó a meterme mano por todos lados, mientras nuestras lenguas comenzaban a conocerse. Nos besamos como dos condenados, jugando con nuestras bocas y nuestras lenguas. Su mano se metía bajo mi vestido y jugaba con los pelos de mi vientre, para luego meterme un dedo y masturbarme torpermente. La calentura de los dos era demasiada para tener cierta delicadeza en nuestros movimientos.
-Cogeme, cogeme -le supliqué.
Abrimos la puerta de uno de los urinarios y a pesar de estar mugriento no me importó lo más mínimo. Estaba deseando tanto ser cogida por aquél extraño que no me importaba nada. De espaldas al inodoro, el adolescente se bajó los pantalones hasta los tobillos, quedando desnudo frente a mí. Su verga completamente en erección me apuntaba, mientras él no dejaba de mirarme con una cara de vicioso total. Yo comencé a desabotonarme el vestido, era tanta la calentura que las maniobras eran torpes y más de un botón saltó en el intento por ...