1. El Castigo


    Fecha: 17/11/2023, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: Eltitimarcial87, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Este relato es para aquella que les gusta ser sumisas…
    
    Ella estaba de rodillas en posición de obediencia con las manos atadas en su espalda. Pude ver que su saliva empezaba a salir lentamente mientras trataba de decir algo. Sin embargo, antes yo me había asegurado de que la bola de mordaza esté bien puesta de forma que solamente pudiera rogar por un orgasmo a través de sus intensas miradas.
    
    Ella se llama Miriam y es una amiga que conocí en mi trabajo anterior. Ella mide 1,50 cm. Su piel es blanca y es delgada. Tiene los senos de tamaño normal y una cintura tan pequeña que yo podía darle la vuelta con un solo brazo. Ella y yo nos llevábamos bien y con el tiempo empezamos a conversar sobre gustos y algunos secretos de los ex novios. Tuve mucho interés en ella puesto que siempre se vestía de negro y me encantaba los tatuajes de su pierna derecha, una súcubo con un azote. Con el tiempo nos dimos cuenta de que nuestros más oscuros deseos coincidían también: El amo y la sumisa. Pero además de eso, ella tenía un secreto más…
    
    Miriam, atractiva y delgada, quería liberarse de la mordaza de la boca mientras se me acercaba poco a poco arrastrándose en el piso. Al ver eso, me eché para atrás en el sofá y abrí mis piernas para que pueda ver lo duro que estaba mi pene en ese momento. Ella tenía unos brillos de lujuria en su mirada, de tal forma que casi me da lástima. Antes de compadecerla, recordé mi tatuaje de incubo, la cual tiene un azote con el nombre de ella representando ...
    ... que soy su amo. Eso me trajo de vuelta a mi papel de ser amo de una sumisa. Por fin, ella logró acercar a mis pies y pretendía de alzar la cabeza para ver mi pene cuando le jalé su largo y lacio cabello. Ví su carita de ángel con deseos de diabla al aproximar mis ojos a los de ella. Sus ojos marrones me revelaron que necesitaba saciar sus más profundos capricho. 
    
    - Trate de llegar a mi usted misma. - Le dije.
    
    Mucho antes de ser amo de ella y ella mi sumisa, Miriam me contó que su fantasía sexual era ser humillada emocionalmente y ser castigada físicamente. No podía haber misericordia alguna en las intenciones de su amo. Si ella protestaba, ella tenía que ser castigada. A ella le encantaba ser amarrada de forma sutil para sentir las cuerdas sofocar cada centímetro de su blanca piel de seda, mientras los nudos tenían que invadir sus zonas erógenas para que se ponga muy excitada. A ella le encantaba mojarse con las vibraciones de sus juguetes mientras era inmovilizada voluntariamente.
    
    Miriam sigue moviendo su cadera y cuerpo para llegar a mí, pero parecía que le estaba costando mucho. Le tomé por los brazos y la subí al sofá poniéndola de cuatro con la cara mirando hacia abajo. El piso por donde ella se había arrastrado hay un pequeño río de líquido transparente cuando la levanté, y allí fue donde percato que ella de verdad se había aguantado una semana sin tocarse ni tener un orgasmo. Para felicitarla tomé la paleta negra de súcubo y le doy un golpe en cada nalga. A ella ...
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