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Despedida de solteros conjunta
Fecha: 13/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: carihuevina, Fuente: CuentoRelatos
... gateando hasta el novio. Mis tetas querían salirse del sujetador negro que llevaba. Si estuviese en frente de alguno de sus amigos las tendría todas llenas de babas. Al llegar a su altura le miré a los ojos, subí de espaldas a él dejando mi culo posado sobre sus rodillas. Con sus manos rozaba mi pelo y mi nuca, intentando no dar que hablar puesto que no sabía qué pensarían sus amigos. Cogí unas piruletas de un cesto que había al lado. Tenían una bonita forma de corazón. Una a una las fui abriendo y metiendo en la boca. Me levanté y metiéndolas en la boca de cada uno de los presentes. Delante de mi invitado especial me quité el sujetador. Cuando miré alrededor vi un montón de lenguas rojas, que traviesos estos chicos. Le di dos piruletas al novio, que no tenía ninguna. Hice que las chupase bien y me las pegué en cada pezón. Así salí de aquella sala. Con un tanguita negro, en tacones, con el vestido y el sujetador en la mano y las piruletas en los pezones. Y el novio…juraría que su pantalón quedó humedecido por culpa de mis fluidos. Aquella noche tanto chicos como chicas dormíamos en el citado hotel. Casualidades de la vida mi habitación estaba situada al lado de los futuros cónyuges. De madrugada desperté al notar como alguien acariciaba mi pelo. Al abrir los ojos vi que mi visita era el novio. Solté una risa de extrañeza. Él llevó su mano a mi boca. La novia no sabía que estaba allí, puesto que venían de ...
... tomar unas copas en un local cerca. La situación era muy morbosa. Y por fin podría saciar las ganas de follarme a aquel tío. Yo en la habitación con unas bragas y una camiseta y el vestido, aquello no podía seguir así. Lo desnudé por completo, lo tumbé en la cama boca arriba y me coloqué a su lado. Comencé a recorrer su suave piel con un dedo, luego soplando despacito siguiendo el mismo recorrido. Con la piel sensible comencé a pasar toda mi lengua húmeda hasta llegar a su polla. Ya había crecido, pero no lo suficiente. Abrí la boca y me la metí. Apreté los labios fuertemente sobre su punta y de esa manera empecé a subir y bajar. La saliva chorreaba de mi boca humedeciendo más esa polla, ahora sí muy dura y que tanto deseaba. Encima de la silla estaba la ropa que llevaba en el espectáculo. Cogió mi tanga y me lo introdujo en la boca, haciéndome oler lo guarra que estaba y marcando quien era el que me ponía así de cachonda. Con ellas en la boca él se dispuso a bajar a mi coño. Tenía el coño más húmedo que en el fugaz encontronazo del baño. Mientras el mordisqueaba y tiraba suavemente de mi clítoris, yo mordía más y más el tanga. Los dos estábamos saboreando mis propios fluidos y eso me excitaba mucho. Pronto empezó a meterme un par de dedos dentro y a moverlos con prontitud. Dentro y fuera con celeridad, dibujando círculos dentro de mí. No iba a tardar en correrme y él lo sabía. Subió hacia mi boca sin dejar de mover ...