1. Despedida de solteros conjunta


    Fecha: 13/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: carihuevina, Fuente: CuentoRelatos

    ... aquellos virtuosos dedos dentro de mi coño.
    
    Y cuando ya no pude más y me quise correr el usó mi tanga como si de un tapón se tratase.
    
    De esa manera nada de mis fluidos caerían sobre la cama.
    
    Me dio la vuelta y me aprisionó la cabeza contra la cama.
    
    Su polla más dura que nunca me rozaba y masajeaba el clítoris.
    
    Mi tanga empapado de saliva y fluidos no era capaz de absorber más líquido.
    
    Daba igual todo.
    
    Cuando le pareció me metió la polla en el coño.
    
    Empujó con toda la fuerza que pudo y más haciendo que me escociese.
    
    Quería introducir el tanga en lo más profundo de mi coño y lo estaba consiguiendo.
    
    Una y otra vez me envestía como un poseso.
    
    Seguía aprisionando mi cabeza por lo que únicamente conseguía jadear.
    
    Si quisiese protestar de algún modo no podría.
    
    Él no me dejaría pedir que parase.
    
    A sus ojos era una puta y así me estaba tratando.
    
    En serio, no aguantaba con el dolor que me estaba produciendo, pero al mismo tiempo en una de esas embestidas me corrí.
    
    Me dio la vuelta y me ordenó que le comiese de nuevo la polla.
    
    Pero solo un pequeño momento.
    
    -Un pequeño ...
    ... descanso para tu coño, puta.
    
    Diciendo esto ya estaba de nuevo dentro de mi coño.
    
    Ahora hasta notaba como su polla chocaba contra mi pared interna.
    
    Deseaba que se corriese porque yo increíblemente iba a hacerlo de nuevo.
    
    La manera tan sucia de follarme de aquel tío me tenía arrastrada y sumisa.
    
    Más que una puta me consideraba una esclava de su polla y no quería soltarla.
    
    Pero se acabó.
    
    Se corrió dentro de mí.
    
    Sacó al fin el tanga de dentro.
    
    Me abrió la boca y me ordenó meterlo dentro.
    
    - ¡Quiero que salga sin una gota de leche!
    
    Así lo hice. Obedecí.
    
    Tras vestirse me ayudó a levantarme de la cama.
    
    Las piernas me temblaban y el coño…nunca me escoció tanto.
    
    Tantos años de travesuras y de aventuras sexuales y esa noche me di cuenta de que en la vida había estado follada como me merezco.
    
    Cogió el tanga.
    
    Pensé lo peor, pero solo se limitó a colocármelo como si fuese a salir con puesto.
    
    -Mañana en mi boda quiero que lo lleves puesto. Una señal de lo puta que puedes ser. ¡Encontraré la forma de saber si lo llevas y si es así… ¡Tenemos muchas aventuras por delante, putiña! 
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