1. Puteando en el cine para adultos


    Fecha: 14/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos

    ... De reojo noté otros dos moviéndose sigilosamente, como animales de presa hacía mi ubicación. El tipo detrás se acercó a mi rostro y susurró: “¿vienes aquí por carne dura?”… Le respondí “claro amor, ¿para qué más vendría?”
    
    Aún no había decidido si estaba allí para “trabajar” o simplemente para divertirme…pero cada vez me iba más por lo segundo. Simplemente quería pasarla bien si preocuparme de “las finanzas”. Mientras pensaba eso noté que el tipo de atrás se había sentado a mi costado, y su verga salía completamente del short que llevaba puesto; no había necesidad de presentarnos ni introducciones – era solo acción inmediata. Sin pensarlo, agarré su verga con mi mano izquierda y empecé a masturbarlo; mientras lo hacía ese pedazo de carne empezaba a crecer y endurecerse…”hum, qué rico” pensé…”la voy a pasar tan bien”… cada vez apretaba más su mazo mientras me hacía que me concentraba en la película (en realidad la peli me ponía más cachonda aún). No pasó mucho tiempo cuando de pronto tenía a otro hombre a mi derecha: se bajó el pantalón y usé la otra mano para también masturbarlo. Ambas manos iban de arriba abajo sin parar. Era delicioso. Noté movimiento en los demás presentes; sabía lo que se venía… y lo deseaba locamente. Mientras gozaba esas carnes ahora bien duras alguien se había parado detrás de mí, sacado su verga grande y dura, y la puso al costado de mi mejilla derecha. No podía ver su rostro, solo la punta de su pene a un par de centímetros de mi cara; sin ...
    ... pensarlo dos veces giré la cara hacia esa carne hasta que mi boca húmeda y hambrienta hiciera contacto con la cabeza; aunque estaba algo de costado, igual me las arreglé para meter esa cabeza dura en mi boca. Empecé a lamerla como loca; cerré los ojos para gozar de solo las sensaciones: vergas en mis manos y en mi boca… solo falta mi culo ahora.
    
    Oh, ahora realmente estaba arrecha y no lo pude soportar más: me puse de pie, me saqué la tanguita, levantándome el vestido lo suficiente para exponer mi culo, luego giré y me senté sobre mis rodillas en el asiento del cine; mis piernas abiertas dejaban mi huequito a disposición de todos. Entonces pude ver al tipo al que le chupaba la verga: le sonreí y ahora que la tenía toda frente a mí me la metí por completo hasta el fondo de mi garganta. Él se sorprendió por completo pues no esperaba una garganta profunda tan rápido; me quedé con su verga en mi boca unos segundos y de inmediato empecé a chuparla como una perra desesperada. Mientras hacía eso, saqué el tubo de lubricante de mi bolso y se lo di a uno de los otros tipos que gozaban la escena. ¡Es hora de coger!
    
    No sé quién empezó –en realidad ni importaba; sentí unos dedos cubriendo mi huequito con lubricante y de pronto, una punta carnosa abriéndose paso a la fuerza; mientras mi boca chupaba alocadamente podía sentir esa otra carne dura empezando a entrar en mi recto; me cogía de las caderas y entonces, ¡hasta el fondo! De un solo tiro; lancé un gemido de dolor que a los pocos ...