La partida de lamedores (II)
Fecha: 15/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... está, ya se sueltan los nudos". La zapatilla derecha salió sin la brusquedad de la primera, y el honbre se la llevó a la nariz."Estos pies van a saber a gloria" dijo inspirando profundamente, ahora sobre los calcetines. Le separaron las piernas hasta hacerle daño, así era más difícil que sus saltos convulsivos sirvieran de algo.
-"Los calcetines, fuera los calcetines, queremos ver sus piececitos de una puta vez"
A un tiempo, metieron los dedos bajo los calcetines y tiraron con toda la excitación que los tenía tensos, con una erección que ya amenazaba con desbordarse. El talón, el empeine, los dedos. Estaba descalza, y sus pies eran bellísimos.
-"Hostias, tíos, mirad que maravilla"
Entre las lágrimas aún llegaba a ver cómo aquellos dos encapuchados le lamían las plantas y reían, reían grotescos de placer, se metían ahora sus pies en la boca y le lamían entre los deditos, le mordía uno el empeine, le succionaba otro como si quisiera arrancarle las uñas. Los que le sujetaban los brazos, le estaban chupando las manos, ya liberadas del peso de las rodillas. Sentía la presión que ejercían en sus muñecas, en sus tobillos, se habían tornado garras. Y ella continuaba agitando su cuerpo ya casi sostenido en vilo, retorciendo su tronco, lanzando arriba y abajo su vientre. El borde de su falda ya por encima de su ombligo.
-"Venga, es nuestro turno, queremos esos pies en la boca, quiero notar como retuerce sus dedos en mi paladar"
-"Tengo una idea"
La maldita idea, la ...
... fatal idea inevitable desde que sus bragas eran tan blancas y sus piernas tan largas, y el sujetador le cerraba la boca, la idea que iba a romper la primera regla: no eran violadores; acababan de olvidarlo.
-"Atémosla a un árbol. Sacarle el sujetador de la boca y meterle los calcetines"
-"Uno sólo será suficiente, el otro lo quiero yo, quiero correrme dentro" Sus carcajadas, lo brutal de su excitación, ni les permitió oir las súplicas de la muchacha cuando le sacaron el sujetador. Lloraba de terror, de asco; les rogó que la dejaran, que la estaban haciendo daño, que por favor, por favor. Pero sus sollozos le impedían hacerse entender:"Dejarme...soltarme...no , por favor, parar ya, no, no, dejarme" Su última negativa se la tragó junto a uno de sus calcetines.
La levantaron y la llevaron junto a una rama lo bastante firme para resistir sus convulsiones, y lo bastante alta para que sus pies desnudos apenas tocaran el suelo. No sabía cómo lo habían logrado, pero con el sujetador habían atado sus manos con una fuerza irrompible a uno de los brazos cómplices del árbol. Sin que nadie diera la señal, todos se bajaban los pantalones, se los quitaban, sacaban sus pollas duras, hinchadas, al límite.
-"Yo primero"
Ella aún agitaba sus piernas con furia, pero sintió que le bajaban las braguitas, que se las sacaban por los pies y que le abrían con fuerza los muslos. Mientras dos le izaban por los tobillos los pies que ya estaban chupándole y mordiéndole con saña, un tercero ...