Novia y madre dominante (Cap. 2) - Relatos Eróticos

Novia y madre dominante (Cap. 2)

... eficientemente. Lo primero que se les obligó fue barrer toda la mansión, pero no haciéndola como la manera tradicional, a ellas se les ajustó una mordaza especial que tenía integrada una escobeta para que las esclavas o perras domésticas tuvieran que hacerlo como solo lo debe hacer una esclava, y esta era barriendo de rodillas y empujando la escobeta con la boca como toda una perra.

Después de varias horas de barrido continuo, llegó el momento tan ansiado que fue el haber barrido hasta la última partícula de polvo en toda la mansión, sin embargo su ánimo se fue a cero una vez más cuando les dijeron que solo habían concluido la mitad de su trabajo, ya que ahora debían y tenían que trapearlo todo y debían dejar el piso tan limpio como para poder comer en piso o poderse ver reflejado en él; además se les dijo que si no terminaban, no se les iba a dar un solo gramo de comida y mucho menos una sola gota de agua, esta advertencia obligó a las chicas a dar su mayor esfuerzo y así poder beber agua aunque fuera de una cubeta, lo que deseaban era refrescar sus gargantas después de haber trabajado todo el día.

El horario de 16 horas de trabajo continuo culmino por ese día, así que se les autorizaron la ingesta de sus alimentos, así como también el que saciaran su sed. Tanta fue su desesperación por apagar el hambre que sentían hacía ya 3 días, más tardaron en traerles su alimento, de lo que las perras tardaron en tragar todo en pocos minutos.

Era tal el cansancio acumulado que apenas fueron metidas a sus jaulas, no les importó si eran jaulas en el aire o no, ellas cayeron muertas por el cansancio, fue tanto el agotamiento que cuando fueron por ellas y empezar su segundo día de adiestramiento, ellas sintieron que habían pasado cinco minutos, sin embargo habían transcurrido 8 horas. Esa mañana empezaron por lamer pies todo el día.