Llegando a los estados unidos - Relatos Eróticos

Llegando a los estados unidos

Introducción:
Crecí en un pequeño pueblo de México y necesitaba salir lo más pronto posible. Mi padre me follaba todas las mañanas antes de ir a la escuela, mis compañeros de clase, e incluso algunos profesores, también se enfrentaban a mis sentimientos y me follaban siempre que podían. Pagué a unos coyotes para que me llevaran de contrabando a un pequeño pueblo de California, pero ellos también querían mamadas y polvos rápidos durante todo el viaje al norte.

Bueno Crecí en un pequeño pueblo mexicano en las afueras de Ixtapa, en la costa oeste de México. Mi familia era muy pobre y crecer allí fue desafiante y difícil en muchos sentidos. Mi cuerpo comenzó a desarrollarse a mitad de la escuela secundaria, y cuando estaba en el último año, estaba completamente formado... Tenía tetas grandes, 36DD, con cintura estrecha y caderas medianas. Yo era una chica bastante bonita, con cabello largo y oscuro, así que, como puedes imaginar, recibí MUCHA atención de los chicos (y hombres) de mi ciudad.

Mi padre era un hombre malo y vivir con él era horrible. Una vez que comencé a llenarme, él encontraba cualquier excusa para agarrar mis tetas, tirar de mis pezones y deslizar su mano entre mis piernas. Éramos 3 en mi familia…mi padre, mi madre y yo. Cuando comíamos en la mesa, mi padre a veces me sentaba en su regazo, deslizaba sus manos debajo de mi camisa para apretar mis tetas e incluso sacaba su polla de sus pantalones y me hacía acariciarla. Una vez que estaba difícil, me ...

... bajaba los pantalones cortos hasta las rodillas, luego me levantaba, abría mis piernas con sus manos y me colocaba en su regazo para que su vara rígida se metiera en mi coño expuesto. Luego me agarraba las caderas y me hacía rebotar en su regazo hasta que disparaba una carga de semen en mi coño. A veces me hacía quedarme allí y comer mientras estaba sentado en su regazo, con su eje semiduro todavía dentro de mí, y el semen goteaba por su saco de pelotas y caía al suelo. Obviamente mi madre estaba consciente de todo esto, pero lo ignoró. Supongo que era más fácil que lidiar con el enojo de mi padre si ella se quejaba.

Follar en la mesa no fue la única vez que mi padre se metió conmigo. La mayoría de las mañanas entraba a mi habitación antes de que me levantara, acariciando su madera matutina completamente erecta. Me abofeteaba la cara con su polla dura hasta que me despertaba, luego me la metía en la boca para hacerme una mamada antes de que me levantara para prepararme para ir a la escuela. Si dormía hasta tarde, me encontraría en el baño y me follaría por detrás mientras me cepillaba los dientes, abofeteando y apretando mis dos tetas mientras empujaba su polla dentro y fuera de mi coño hasta correrse. Decidí no usar más sujetador ni bragas en casa porque mi padre los rompía cada vez que empezaba a agarrarme las tetas o a meter su polla en mi coño.

La escuela no fue mejor. Una vez que mis senos se desarrollaron, varios estudiantes de tercer y cuarto año e incluso maestros ...