1. Un viejo amigo de mi esposa


    Fecha: 17/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... temblor incontrolable en todo su cuerpo, me dejaba ver que estaba acabando como una perra…Nunca había visto a mi mujercita acabar así, gracias a una lengua y unos dedos. Pensé que Pito iba a conformarse solo con eso, pero estaba muy equivocado.De repente se incorporó y sacó la verga de sus pantalones. El hijo de puta la tenía bastante grande, además de erecta. Pensar que Anita se había dejado coger por esa pija en el pasado, me provocó un poco de morbo y una buena erección…Mi delicada esposa se inclinó, sin que su amigo se lo pidiera, metiendo esa verga tiesa en su boca de labios rojos. Pensé que sería extensa mamada para cerrar la noche; pero otra vez me equivoqué.A poco de empezar ella chupando, Pito la levantó entre sus brazos y la alzó en vilo. La hizo descender sobre su propio cuerpo, hasta lograr que Ana se empalara suavemente sobre su verga.Anita comenzó a quejarse, ya que la punta nomás era bastante gruesa. Pero el flaco desoyó sus quejidos, y continuó metiendo su pija dura hasta lograr llegar al fondo. Ella siguió lloriqueando, diciendo que le estaba haciendo daño.“Antes no te dolía…” Le dijo Pito socarronamente al oído…Las quejas y gemidos de mi esposa iban en aumento. La pija dura empezó a entrar y salir entera de esa delicada concha, cada vez más rápido. El muy hijo de puta se detenía afuera, golpeaba con la punta los labios vaginales y le preguntaba a Ana si la quería otra vez adentro.Anita lo insultaba y le gritaba que no la hiciera desear, mientras trataba con ...
    ... desesperación de moverse para volver a sentir esa cosa gruesa dentro de su castigada vagina.Entonces el turro se reía y volvía a hundirle la verga hasta el fondo, sin contemplaciones. Y ella negaba con la cabeza, volviendo a aullar de dolor…Me acerqué a Pito, para decirle que le estaba haciendo daño.Se quedó quieto mirándome, mientras entonces Anita movió sus caderas, tratando de seguir el ritmo de esa intensa cogida. Pito volvió a la carga, con más intensidad, con mucha más brutalidad, mientras Ana redoblaba sus alaridos y aullidos.Pero de repente cambió el tono de esos gemidos. Ahora eran de placer. Enseguida ella volvió a acabar aullando como loca y después quedó exhausta, abrazada al cuello de su amigo.Pito la llevó en andas hasta nuestro dormitorio y allí la puso en cuatro sobre nuestra cama marital. Me miró desafiante, mientras le mandaba la verga hasta el fondo a Anita desde atrás. Ella se impulsó hacia adelante con ese primer embate brutal y luego siguió gimiendo con suavidad, mientras Pito le bombeaba la concha.Mientras la cogía de esa manera tan dominante, le tironeaba el pelo hacia atrás y le comía la boca a lengüetazos, mientras Ana seguía gimiendo como poseída, pidiéndole más y más…El ritmo de ese turro era impresionante. Mi mujercita ahora se retorcía de placer, gimiendo y exigiéndole a su amigo que no dejara de cogerla. De repente, para mi asombro, Ana se revolvió y lo volteó a Pito boca arriba sobre la cama. Se puso a horcajadas sobre él y comenzó a cabalgar ...