SIGUEN LOS FESTEJOS - Relatos Eróticos

SIGUEN LOS FESTEJOS

... genial, no solamente le metí la lengua, también la nariz y la pera. Toda mi cara quedó humedecida por los jugos anales de esa hembra maravillosa. Luego me acomodé para deleitarme con su concha y los fluidos combinados de mutua acabada. ¡El sabor del paraíso! 
-¡Papito! ¡Papito! ¡Tengo que ir al baño!
-¿A qué?
-A orinar…
-Date vuelta y ponete frente a mi boca. Te mostraré otro de mis placeres…. ¡meame en la boca! ¡Quiero todo tu orin, todo, todo!
Se acomodó rápidamente y me meó durante uno o dos minutos. Como es clásico luego de un orgasmo, el orín es más sabroso que nunca. 
-¿Te gusta?
-¡Riquísimo tesoro! 
-¿Vos me lo darías si quiero tomármelo? – No hicieron falta más palabras. 
-Bueno, tesoro. Acostate así, muy bien. - Me arrodillé, con las piernas a ambos lados del cuerpo de Ana, y casi descansando sobre sus tetas, sin apretar, comencé a mearle en la boca. Ella sonreía de placer, no hubo interferencias. De ningún tipo. Cuando había demasiado en su boca, me apretaba el tronco durante un segundo y detenía el chorro. Luego nos fundimos en ardiente beso. Las lenguas compartían flujos, semen y orina. ¡Fantástico!
-¡Me ganaste en lujuria y perversión! ¡Estoy totalmente enloquecida por vos!
-¡Mi amor! En cuanto regrese a casa volveremos a estar juntos… ¡te aseguro!
-¡Siiii! ¡Eso espero! Hace… apenas… trece, catorce horas…, que estamos juntos…, contando el almuerzo, más o menos… ¡y nunca, nunca, fui tan feliz! ¡Jamás! ¡Jajaja! ¿Cuántos polvos nos mandamos, ...

... papito?
-Ni idea. No los cuento… 
-¿Ocho, diez?
-No sé…, tal vez menos…
-Bueno…, la cosa es que entre las veces que me la metiste, que me la chupaste, que me acabaste en culo, concha o boca… ¡yo debe haber tenido cuarenta orgasmos! ¡Y todavía tenemos tres o cuatro horas!
-¡Todavía no se terminó! ¡Y no se terminará nunca, mi amor! – Estoy convencido que seguiremos en la nuestra cuando regrese. 
-Si tesoro… Y… ¿siempre fuiste tan lujurioso?
-Bastante…, siempre me gustó el sexo, desde que lo probé… por primera vez.
-Contame alguna historia… Alguna en que te hayas cogido a varias con manifiesta lujuria…
-Es… bueno…, hace pocos minutos…, cuando te dije que no tenía 30…, me hizo acordar… cuando SÍ lo tenía…
-¿Cómo fue?
“Algo parecido a esto, como venir a este pueblo. Hacía poquitos años que me había recibido, tenía 32, tuve la suerte de trabajar en cosas interesantes. Estaba ligado a una consultora técnica de un par de ingenieros que fueron profesores míos en la facu, y a quien les pareció que yo andaría bien. Así como acá se trata de una fábrica de aceite en la pampa gringa, en ese caso fue algo más difícil. La consultora tenía mucho prestigio y había trabajado para empresas alemanas, canadienses, americanas, españolas…
“En una zona de alta montaña, Los Andes específicamente, en una zona donde estaba más que confirmado que había cobre, el gobierno provincial había resuelto darle autorización a una empresa alemana para encarar la exploración. Rápidamente se comprobó la riqueza del ...