1. EL PROFESOR ADECUADO


    Fecha: 18/01/2024, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Al fin, desgraciadamente, fue otro día. Ana Laura se fue… No quedé solo, por cierto, pero me quedé sin lo mejor, por lo menos hasta ahora. De cualquier manera, no había tiempo para aburrirme. El trabajo en la obra se aceleraba, pues había que recuperar tiempo.
    Ese viernes a la tarde, recién retornado a casa, sonó el teléfono. En principio pensé que alguna de las chicas tendría ganitas…, pero no era nadie agendado. 
    -Hola… ¿ingeniero Daniel?
    -Si. ¿Quién habla?
    -Olga Zapico, la mamá de Rebeca…
    -Perdón…, no la conozco…
    -No, ya sé. Le cuento. Mi hija es compañera de Felisa en la secundaria… y ella le dijo que usted es muy buen profesor de física y matemáticas…
    -No, no, soy profesor. Le di alguna ayuda a Felisa porque tenía un problema y una amiga me lo pidió, pero no soy profesor ni me dedico a eso…
    -Pero…, ingeniero…, no quiero molestarlo…, pero mi hija, y su compañera Eloísa, andan muy bien. Pero únicamente tienen problemas con esas materias que, para colmo, dicta el mismo profesor…, y parece que no les tiene mucha simpatía.…
    -Sí, pero yo no puedo solucionar nada…
    
    La señora Zapico me estuvo llenando la cabeza durante media hora. No sabía cómo sacármela de encima. ¡Al final afloje! ¡Ma’si! Que venga mañana a las siete. ¡Ya está, una vez y basta!
    Y así fue. El sábado a las 7 de la tarde apareció la señora Zapico con dos niñas de 16-17 años, más o menos…, bonitas y apetecibles.
    -Ingeniero, ella es mi hija Rebeca y ella es su compañera Eloísa…
    -Mucho gusto. Que ...
    ... entren… ¿Quiere quedarse? - Fui lo más seco posible, cosa de que jodan poco…
    -Si…, no… es molestia… – La señora no estaba muy decidida. Probablemente tendría vergüenza de que yo pensara que no me tiene confianza. Me importaba un pito. Todo lo que quiero es sacármelas de encima y que no jodan más… - Perdón ingeniero. Soy una grosera…, pero no le pregunté cuáles son sus… honorarios…
    -Ningunos, señora, ninguno. Le dije que no soy profesor y esto lo hago… de… puro… hobby…, o algo así…, no cobro nada. Puede estar tranquila…
    -No, no puede ser… ¡cómo no va a cobrar! 
    -Bueno es así. Si no le gusta eso… puede llevarse a las chicas…
    -¡Mamá!
    -¡Señora Olga! - No sé cuál gritó más!
    -Está…, está… bien… ¿Me puedo quedar?
    -Como no. Pase a la sala. Yo utilizo aquella habitación como oficina de trabajo, la que da a la calle. – Me dirigí hacia la sala. Las chicas quedaron esperando. - Tome señora, este es el control de la tv. Mire, no quiero ser descortés, pero si me pongo a atenderla a Ud., no puedo atender a las chicas. Allí está la cocina, tiene mate, te, café, la heladera, bebidas frescas…, por favor sírvase usted.
    -¡Oh! ¡Ingeniero! ¡Usted es inmensamente amable!
    -Vamos al escritorio. – Guie a las chicas a la mesa de trabajo. 
    Son muy inteligentes, y rápidamente captan todo lo que les voy diciendo sobre los temas en los que tienen problemas. Me asombran un poco… ¿cómo siendo tan despiertas e inteligentes, pueden tener problemas sobre temas tan… sencillos?
    Habían pasado algo más de 50 ...
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