Relatos eróticos iniciando a mi esposa 11 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos iniciando a mi esposa 11

Después de relatarles lo que pasó en el año con mi hija, quiero también narrarles lo que nos sucedió a nosotros en éste mismo periodo.

Mi señora siguió con su rutina de putear con sus clientes, cachar con nosotros y atendernos en la casa en especial a nuestra hija.

Fermín y Octavio por su edad seguían asistiendo en forma normal pero sólo le daban un polvo, requiriendo más ayuda de María, en especial Fermín que a veces terminaba en la boca de ella teniendo que tragarse la leche para disfrute de los dos.

Jon se volvió adicto a los relatos de María, acerca de las posiciones en que la ponían sus cacheros, los tamaños de verga que se comía, de los castigos que recibía del loco látigo, y hasta de lo que ella sentía en cada seción de sexo.

Después todos los demás cacheritos la siguieron cachando fielmente y ella feliz en tenerlos a su lado por tantos años gozando y ganando un buen dinero con ellos y a veces hasta regalos.

Jon habló con mi señora pidiéndo 5 horas de servicios y utilizarlos con sus amigos para hacerle de todo en la cama.
Me das miedo dijo ella. Dime exactamente que piensan hacerme para ver si acepto y cuánto les cobraría y si tú garantizas su comportamiento.

Cacharte los 5 a la vez e ir rotando después de cada polvo hasta que todos te probemos.

El primero en tu concha
El segundo en tu culo
El tercero en tu boca
El cuarto en tu mano izquierda
El quinto en tu mano derecha

Y así en cinco horas todos nos hemos dado 5 polvos en cada una de tus ...

... partes.

Y uno de mis amigos te quiere agarrar a latigazos
Éso no dijo mi señora, por que para que me haga gozar y las huellas sólo duren una semana necesita técnica. De lo demás, la próxima semana te confirmo.

Reunidos Los tres para tratar éste asunto nos bastó 10 minutos para estar todos de acuerdo para el próximo sábado de 9 a 2 de la tarde.

Ésa semana la ví muy nerviosa como cuando iba a cachar al loco del látigo o cuando cacharia al paralítico. Hasta que el día sábado muy temprano despidió a Mary que tendría un paseo con sus compañeros de estudios e inmediatamente comenzó a depilarse, bañarse, ponerse crema al cuerpo, maquillarse y vestirse de lencería y tacones altos negros.

Entraron por el taller Jon y sus amigos y después de saludarlos Percy les cobró y les hizo unas recomendaciones que aceptaron.

Yo en mi cuarto ví que María les abrió la puerta y todos coincidieron con sus silbidos y exclamaciones de la belleza de María que no creían que fuera puta.

Con Percy vimos cómo María disfrutaba de ésos cuerpos jóvenes, acariciando y besando mientras los desnudaba uno por uno, hasta admirarse de todas las vergas como si fueran algo extraordinario.

Oh que grande está está verga. Guau que gruesa la tienes. Ésto parece de piedra. No creo poder aguantar ésta doblada. Quiero que me agarres a latigazos con tus huevasos. Y así muchas otras cosas más que a los chicos lo encendió mucho más de lo que ya estaban.

Luego los puso en fila y comenzó a chupar y pajear ...