1. Mi primo, el soldado


    Fecha: 18/02/2024, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Rafael, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Mi primo Carlos, cuando cumplió 18 años, vino a vivir a Lima desde su pueblo en la sierra para cumplir con el servicio militar obligatorio. Yo en ese entonces tenía 15 años. Flaquito, moreno y de pelo negro, vivía con mi mamá, madre soltera, y varias tías, no conocí nunca a mi padre. Cuando me contaron que Carlos iba a vivir con nosotros, yo estaba feliz porque en mi casa no había hombres, vivía rodeado de mujeres.
    
    Mi primo llegó vestido de soldado, con el pelo cortado como militar, es decir rapado casi totalmente menos adelante. Era flaco, alto, piel morena como somos todos en mi país. Yo lo miraba con admiración mientras el rodeado de todos en la sala conversaba con la familia. Luego se despidió porque debía reportarse en su cuartel. Mamá dijo que solo vendría los fines de semana y que debería compartir mi habitación y hasta mi cama con él, porque no había mas espacio en casa. Yo me alegré sin imaginar que esa sería mi perdición.
    
    El primer sábado que tuve libre, Carlos llegó a casa a las tres de la tarde, vestido de soldado comando. Yo estaba solo. Como era verano, vestía un short pequeño color celeste de educación física de la escuela, sin ropa interior, sandalias y una camiseta blanca. Al abrir la puerta lo recibí con un cariñoso abrazo que él correspondió acariciándome la cabeza. Lo conduje al dormitorio donde le dije que compartiríamos la cama. Él dijo : "esta bien".
    
    Me senté en una silla y él en la cama y conversamos. Carlos me contó del ejercito y yo estaba ...
    ... embelesado. Luego prendí la TV y nos pusimos a ver. De pronto se levantó y dijo : "Que calor !". Se quitó el uniforme y quedó en calzoncillo y camiseta sin mangas, ambos verde claro. Ahí mismo me percaté como sobresalía un bulto enorme bajo la tela. Se le demarcaba claramente un gran pene y los huevos. Yo le miraba y le miraba... Pues me llamaba mucho la atención.
    
    Carlos se sentó abriendo sus piernas y recostándose hacia atrás para seguir viendo la TV. A cada momento yo volvía mi cabeza para mirar ese bulto que notaba que estaba creciendo. Mi primo no tardó en darse cuenta de mi curiosidad y se acomodó el paquete con la mano sonriéndome raro. Yo me avergoncé y desvié la mirada, pero como un imán volví a mirar como su polla ya levantaba notoriamente la tela de la trusa... Entonces me dijo : "Te gusta mirar mi verga, Pablito ?"  Yo enrojecí, no le contesté pero seguí mirando asombrado la enorme tienda de campaña que se levantaba entre sus piernas.
    
    Carlos se quitó la camiseta y mostró un pecho moreno y lampiño con músculos pectorales firmes y un abdomen plano sin grasa. Igual eran los músculos de sus largas piernas morenas, sin vello, que estaban abiertas delante mío. Se agarró la pinga y dijo : "Esto es para hacer feliz a cualquier mujer.. jajaja...". De pronto, en la TV, pasaron imágenes de mujeres en la playa, y eso lo excitó mucho : "Uff !... que ricas tetas !... mmmm... Pablito mira que rico culo !", decía. La verdad que a mi no me atraían para nada esas imágenes. Más ...
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