Cómplices sexuales (continuación)
Fecha: 20/11/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Bull, Fuente: CuentoRelatos
... potente erección, la idea de darle unos azotes para saber hasta dónde podía llegar su calentura. Me senté en un lado de la cama y le dije que la había visto gozar y pronunciar mi nombre mientras lo hacía y que por no invitarme se había ganado unos azotes, con un movimiento de cabeza confirmaba que estaba dispuesta, extendí mi brazo y la jalé hacía a mi quedando su regazo sobre mis piernas, la vista de su trasero era espectacular, ente la iluminación del quinqué y lo erizado de su piel no había nada más sexy, empecé a acariciar sus nalgas en círculos tratando de aplicar el aceite que había escurrido de su actividad anterior, con cada caricia las nalgas brillaban más y también se habrían dilatado cada uno de sus orificios, le pregunté si estaba lista, me dijo que si, le pedí que empezara a contar y que al menos llegaríamos a 50.
Hubo un instante de silencio, hasta que se decidió a decir: Uno, en ese momento un golpe seco acompañado de un ruido estruendoso sacudió su trasero y retumbó en el cuarto, no tuvo tiempo ni de gritar, solo sintió que le faltaba el aire, al retirar mi mano de su nalga pude ver perfectamente dibujada la silueta hecha con esa primera nalgada, le dije: ahora va la otra, sigue contando, su respiración empezó a hacerse más rápida e invadía toda la habitación, ella ya sabía lo que venía. Se escuchó la palabra dos, a lo que siguió un golpe similar al anterior, pero en la otra nalga, esta vez acompañado de un quejido, ambas nalgas tenían una hermosa ...
... sombra de mano, antes de que yo pudiera hablar ella dijo: 3 dando a la tercera nalgada.
Ya veo que te empieza a gustar, le dije, para ese momento sus labios vaginales ya se veían hinchados pidiendo a gritos ser tocados o lamidos. Sigamos, le dije, contó 4 y con esa nalgada el volumen de su grito empezó a intensificarse, empezó a tomar ritmo y más velocidad la cuenta, yo empieza a golpear de abajo hacia arriba haciendo rebotar ese lindo culo y poniéndolo cada vez más rojo después del 20 ella empezó a pedir golpes más fuertes, los cuales no fueron negados al llegar a los 40 y en medio de gritos puede ver cómo sus fluidos habían llegado hasta sus rodillas y empezaban a mojar las sabanas negras los últimos 10 azotes fueron cariñosos pero firmes, con las sensibilidades que le habían dejado los anteriores sus nalgas estaban muy receptivas, llegamos al 50, la mano me ardía, le di la última nalgada acompañada de un beso tierno en el trasero, le dije que había sido muy obediente y que ahora venía su premio, sin cambiarla de posición, metí mi mano entre sus piernas mojadas, parecían tener jabón entre ellas por cómo se resbalaba mi mano, empecé a masajear con mi dedo pulgar su clítoris y a abrir sus labios, ella se retorcía sobre mí y me pidió más velocidad, después de unos minutos con ese movimiento sentí sus espasmos y un delicioso chisguete inundó mi antebrazo, nunca la había visto terminar de esa manera, era majestuosa, empecé entonces a meter los dedos en su vagina imitando los ...