ESTUDIANTE Y PROFESORA
Fecha: 24/04/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Comencé mi trabajo docente a la semana siguiente. Realmente, es más divertido hacerlo con dos alumnos. Los comentarios entre ellas son divertidos. Las chicas se esmeran, mucho más que si estuvieran solas, más allá de la competencia, pensando más que nada, que yo no las tome por sonsas.
Ofelia, como siempre, atenta, amable y cariñosa, cosa de que Peggy vea lo “bien que nos llevamos”. La sobrina de Enriqueta se fue adaptando o comprendiendo mi función o mi “intención…”, sabiendo lo que pasaba con Ofelia, dadas las conversaciones y chimentos que, como todas las adolescentes, compiten…, quien es la que tiene más “machos” a mano… No conozco el estado sexual de Peggy, pero supongo que Ofelia tiene ventajas.
No me hacía el desinteresado, sino todo lo contrario. Mostraba mi cariño a Ofelia y mis ganas en Peggy; la nena tiene que “sentir” que es de mi interés, más allá de la docencia. Así avanzaba, hasta que, al segundo o tercer encuentro, Ofelia, al saber mis intenciones, dado que lo hablábamos a la noche, me dijo que Peggy es virgen. Ella misma se lo había dicho, ante su pregunta.
-Ah…, bueno…, no hay nada que hacer… - Tengo mis principios, a pesar de mi lujuria. -No voy a desvirgar a una nena a menos que la madre me lo pida.
-¡Si no la conocés! ¿Cómo te lo va a pedir? – Ofelia es más racional que yo.
-¡Qué sé yo! Le preguntaré a Queta… - Con paciencia, en algún momento tendré esa conchita apretando mi pija. Es lo que pretendo. – La tía algo podrá hacer…
-No lo creo. Eso ...
... es algo muy íntimo, un cambio total de vida para una mujer… Cuando una chica sabe que puede hacer uso del sexo sin problemas, ¡no hay quien la pare! ¡Jajaja! ¡Lo sé muy bien! La mayoría de las chicas lo hacen por su cuenta…, y sabés muy bien que mal resulta tantas veces…
-¡No me cabe la menor duda! Por eso quiero tener la anuencia de la mamá. – Estábamos de costado, en una cucharita. Le levanté la pierna para facilitar la penetración, y se la enterré. - ¡Esta conchita no tiene rival!
-¡Jajaja! ¡Y tu pija no se pierde oportunidad! – Ofelia giró su cabeza y nos besamos. Los besos de lengua acompañaban los vaivenes…, adentro, afuera, ¡plof! ¡plof! ¡plof…! - ¡Ay papito! Mañana le pregunto a Queta, veré que dice.
Al día siguiente Ofelia vino con las noticias.
-Queta me dijo que no sabía que podría pasar. Le preguntaría con discreción a la cuñada. Me dirá que pasa. – Es lo que me dijo Ofelia, luego de hablar con Enriqueta.
Las nenas seguían con sus clases de aprestamiento para los exámenes, con la profe y conmigo. En estas cosas no había problemas. Son inteligentes y bastante dedicadas. Lo hacían con interés, sin duda.
En realidad, por suerte, yo tenía bastante trabajo. Tres obras para cálculos y dos de inspección. Todas eran en la zona, así que no tenía que viajar.
Luego de la segunda o tercera semana, las reuniones para matemáticas y física iban tomando carácter. Peggy cada vez más insinuante. Sabía de mis intenciones. Yo se lo demostraba con mis zalameras caricias…, y ...