Después de un pleito fui atendido por madre e hija - Relatos Eróticos

Después de un pleito fui atendido por madre e hija

Les comparto a continuación algo que me sucedió hace un par de años.
Y que al día de hoy aún no me la creo de haber vivido algo tan caliente y perturbador.
Les daré pormenores sin tantas vueltas :
Mi nombre es Arturo actualmente  tengo treinta y ocho años, 
me considero un tipo normal, promedio complexión regular y moreno claro.
Tenía una relación sentimental con una chica llamada Andrea en ese entonces ella tenia veintinueve años.
Yo le llevaba unos cuatro años cuando todo lo que les contaré  sucedió.
Llevábamos ya unos meses saliendo y empezamos la relación, y como era evidente tuvimos sexo.
Ella era muy pudorosa en la intimidad a pesar de haber tenido antes que a mi dos relaciones .
Por ese tiempo confiamos algunas cosas mutuamente sobre nuestras vidas.
Yo era divorciado y tenía una hija. cosa que no le agrado muy bien a su familia.
Especialmente a su madre que en ese entonces ella tendría unos cincuenta y tres años.
La señora María Rosa era el vivo retrato de su hija solo que con más carne en los lugares adecuados.
Lo pude constatar cuando en una ocasión me pidieron que las llevara al balneario a ella sus demás hermanos .
La mamá de mi entonces pareja lucía unas caderas anchas y nalgas paraditas  nada despreciables para su edad.
Además de estar separada de su esposo pude damre cuenta que todavía estaba en edad de merecer.
La ví en algunas ocasiones salir con "un amigo".
Con el cual sin duda se daba unas revolcadas en la cama... perdón no creo que solo ...

... estuvieran de manita sudada.
La señora con esas nalgas y el tipo con el que salía ponía una cara de perro en celo cada vez que al caminar la señora Rosa María bamboleaba las nalgas!!... wwwoow!!.. Debe ser todo un espectáculo ver rebotar esas nalgas en las bolas de aquel desgraciado!!!... no lo culpo!!.. y por el momento le llegué a tener envidia de la buena al ganon.
Comparándola con su hija ella tiene caderas anchas pero sus nalgas son pequeñas pero firmes en proporción a las de su madre.
Después de haberla visto en traje de baño en esa ocasión me di cuenta de que deseaba el cuerpo de la mamá de mi chica.
A partir de eso cada que me cogía a la hija imaginaba que me cogía a la madre.
Así de enfermo me llegue a perturbar con esos pensamientos!!!..
Como las nalgas de la señora María Rosa eran más grandes que las de su hija.
Yo metía la lengua entre las nalgas de Andrea lamiendo como desesperado y deseando con todas mis fuerzas que fueran las nalgas de su mamá.
Era obvio que el culo de mi chica no era nada despreciable y evidentemente más joven.
Pero esos pensamientos aberrantes me atormentaban una y otra vez.
Además de que algunas situaciones que en principio eran normales,
se volvían poco a poco incomodas y hasta molestas :
llamaba a su hija con cualquier pretexto,
cuando yo llamaba a Andrea la señora contestaba y hacía bromas imitando la voz de su hija,
por coincidencia llegaba a os lugares donde estábamos almorzando o cenando su hija y yo.
Insistía en que las ...