1. Nuestras putitas suecas - 1 La Fiesta


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: dom.turot@gmail.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... salia de su vagina la verga que se habia estado saboreando toda la noche y alguien más le aflojaba el culo con los dedos. En ese momento siento la presión de la cuerda anudada en la entrada posterior, no fue un tacto, ni amable, ni agradable. La textura era algo rasposa, la lubricación era pobre y la dilatación insuficiente. La presión se intensificó junto con su dolor, un profundo gemido angustioso fue al mismo tiempo la motivación para que lo empujaran con más fuerza y el nudo cruzará la parte del dolorido esfínter y quedará alojado en el recto. Entonces todo vino junto, bulla y comentarios humillantes, el dolor en su ano que cedía sutilmente el paso a una sensación de ligero alivio combinada con la penetración vaginal, ahora más vigorosa,y sobre todo apretada por el mismo nudo que la presiona hacia abajo estimulando más su punto g, sus gemidos en aumento, el ritmo en aumento, su amigo la tomó por la cola, la jalo un poco haciendo de nuevo presión en su esfínter y al tiempo que le daba una nalgada que le ardió hasta el alma y le grita “correrte perra”. Fue una explosión hermosa, se chorreo toda en una eyaculación femenina de antología y no creo que ni ella supiera si tuvo un orgasmo o diez.
    
    Se dejó caer a un costado y por un momento parecía muerta, la muerte chiquita le dicen.
    
    Pasados los orgasmos, se bajó la calentura, el “amigo” ya enfrió, no supo qué hacer con lo que había pasado y simplemente se fue y con él algunos más. La chica se cubrió un poco con su falda ...
    ... pero aun no tenia fuerza para pararse, entonces vino el tiempo de la primera cosecha.
    
    Lo que con las otras chicas sería un proceso largo, con ella se dió de inmediato. A diferencia de las otras escenas que vimos más bien en los videos, una buena parte de esta la vi en persona. Si la hubiera mandado a hacer no la habría querido diferente. En cuanto me enteré de que alguien jugaba a la perrita y el amo sabía que era oro y que tenía que acercarme. Tengo debilidad por las sumisas en general, pero siempre quise una perrita.
    
    En el momento en el que su compañero se fue ella cambió por completo de mood, todo era una pesadilla, en un segundo lo que había sido un juego cachondo que se había descontrolado ya era un infierno. Estaba agotada y vulnerable, con una borrachera que se convertía en cruda, y sobre todo en cruda moral. ¿Qué clase de puta era? ¿A quién se le ocurre hacer algo así? Entre su situación actual y la retirada de sus amigos el golpe a la autoestima fue duro y mis palabras llegaron a ella como patadas a un hombre caído. “Mírate nada más, perra asquerosa. Otra vez toda mugrosa. ¿Eres una perra o una puerca? No te puedes quedar ahí tirada como una callejera, levántate vamos a limpiarte”. Las palabras apenas iban cobrando sentido cuando una cubeta de agua completamente helada le caía encima de su cuerpo sucio de diversos fluidos corporales propios y ajenos y algo de lodo del jardín en manos y rodillas, luego otra media cubeta, esta vez acompañada de los golpes de algunos ...