1. Una relación incestuosa


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Incesto Autor: kaliman, Fuente: CuentoRelatos

    ... dentro de mi hermana, mi dardo envuelto en el fuego interno de su sexo palpitaba queriendo explotar.
    
    ---Aaaah, aaaah.---
    
    Suspire un par de veces temiendo no poder retener mi descarga.
    
    Pero un movimiento desesperado de Rosalba me ayudo a tomar el control.
    
    Me tenía fuertemente afianzado de las nalgas estrechando su pubis contra el mío no quería que se la sacara quería sentirla toda adentro y pude notar los músculos de su vagina apretar dulcemente mi tieso dardo. Permanecimos casi por un minuto enseguida comencé a mover lentamente mi cintura casi sin sacar mi largo pene de su grata funda, aplastando con el su hinchado clítoris y provocando más fuerte su inundación, Rosalba estaba a punto de venirse lo note porque empezó a suspirar y a quejarse.
    
    ---ah, ah, ah. Mi amor Ooh, aaag.---
    
    Apoyada en sus piernas se sacudió y emitió un grito lastimero de placer, enseguida la embestí con más fuerza hasta que yo también me vacié dentro de ella.
    
    Desde aquel instante me di cuenta que aquello era una situación diferente, amaba a Rosalba tanto como ella confesaba amarme.
    
    La vida la había puesto en mi camino seria mi mujer, era mi mujer el más lindo sueño que nunca tuve y ahora tenía entre mis brazos.
    
    Permanecíamos enganchados por medio de nuestros sexos sin la más mínima intención de romper ese contacto que ahora nos unía para siempre.
    
    Era algo imposible los dos lo sabíamos pero de que lucharíamos por lograrlo era un hecho.
    
    Después de acercarle el sostén y ...
    ... sus pantaletas cubrí su lindo cuerpo con las sabanas y me fui a mi habitación, pensé que el suceso no me dejaría dormir pero el gozo de aquel momento tan irreal y dichoso me lleno de calma, por primera vez en mucho tiempo sentí que alguien de mi casa realmente me amaba como yo lo necesitaba.
    
    La mañana del día siguiente hermosa llena de sol, o tal vez nuestros corazones manifestaban esa dicha que nosotros nos veíamos obligados a reprimir, nuestros padres con sus acostumbradas caras duras e inexpugnables con sus rostros fijos en los alimentos ni siquiera notaron las miradas tiernas y amorosas que Rosalba y yo nos dirigimos. Fuimos los últimos en ir a dormir esperamos a que se fueran a su recamara y nos dimos uno que otro besito tierno y furtivo, en esos momentos no éramos tan audaces como para desafiar la presencia de nuestros progenitores y escabullirnos a la recamara ya de ella ya mía a dar rienda suelta a nuestra reciente y candente relación.
    
    Parecíamos un par de novios que tenían que ocultar su relación, lo contrastante era que yo era el guardián de Rosalba, custodia en la que mi padre confiaba como si fuera el mismo. Yo reía de esa circunstancia era como una venganza por el poco aprecio que mi padre mostraba por mí. Y yo me vengaba cogiéndome a su linda princesita.
    
    Cada vez que tenían alguna reunión o salían de viaje era causa de regocijo más si por alguna razón duraban más de dos días fuera de casa eran días de festín sexual donde el desenfreno era el principal ...
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