Sorpresas te da la vida
Fecha: 23/11/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... peculiar, a trazos de casi niña, a trazos de etéreo Ángel Celestial, casi al segundo, eran sus senos lo que atraían tu retina, ese busto alto, firme, bien desarrollado, mas sin extravagancias… Y de lo demás, de sus traseras partes nobles, qué decir sino confirmar, mejorándolas, las primeras impresiones percibidas meses atrás, en mi viaje de Diciembre pasado, cuando su tío me la presentó.
Indudablemente, Marina era aún joven, mas la amargaba ya, y bastante, ese “Aún era joven” pues evidenciaba que ya no lo era tanto, con lo que la empezaba a rondar, y con el mayor descaro, además, la sombra del “Poyetón”.(2) En fin, que Marina, sin duda era todavía joven, pues a ver quién no lo es a los 33 años, aunque le chorreen cinco, seis meses. Sobre todo si se tiene esa alegría sandunguera, esas ganas de vivir, de disfrutar de la vida, que por todos los poros de su cuerpo Marina esparcía, transmitía… Y es que, a su lado, junto a ella, la vida era bella pues ella, con su alegría contagiosa, te la hacía agradable, muy, pero que muy digna de vivirla y apurarla hasta la última gota. Y me di cuenta de que, lo que me dijera cuando nos conocimos, casi siete meses atrás, que por tener treinta y tantos años, no pasaba nada, era una verdad como un templo.
Y nos metimos en confidencias, muy, muy personales, contándonos casi nuestras vidas, aunque más cuadraría decir que nuestras cuitas de solteros más menos empedernidos; aunque a lo de empedernido, más me apuntaba yo, que no ella, que lo ...
... del “Poyetón-Polletón”, la verdad sea dicha, más bien que la traía a mal traer, aunque asumía el drama con una dignidad, un aplomo, que dejaba pasmado al más pintado. Así que yo me explayé a modo y manera con eso de que el celibato, sin pasarse, claro está, sin tomarlo en exceso, al pie de la letra, que todos tenemos nuestro alma en nuestro almario, es el estado natural del hombre, y tal, y tal, y tal… En fin, toda esa serie de chorradas, gilipuerteces y demás que a los machitos ibéricos y carpetovetónicos, a veces, nos da por soltar, que ya nos vale… Y ella, en un sí es, no es, más menos, corroborando lo que yo decía; que eso de casarse, someterse a un hombre, y tal y tal y tal pues eso… Las mismas gilipuerteces que se nos ocurren a los machitos ibéricos carpetovetónicos, en versión feminista, moderna y, cómo no, “progresista”, aunque, al menos en el caso de Marina, desde un principio me pareció que todo lo que soltaba era con una boquita la mar de chica, pues parecíame que lo del “Poyetón”, la traía, de verdad, a mal traer, mal haya a quien deba mal haber
Así, en esa especie de confesiones mutuas, ella me dijo que no ha tanto tuvo un novio, del que se enamoró hasta las cachas; que con él estuvo un “puñao” de años, que ya casi parecía la famosa “Niña de Luto”, siempre pareciendo que se casaba pero sin casarse nunca; siempre diciéndole él, ese novio que tan enamorada la tenía, que esta vez sí, que, ahora, de verdad se casaban, pero siempre también con mil escusas, pues eso ...