1. Mi inicio


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hacer a ella, pero en un momento ella estiró su mano libre y empezó a acariciar la mía. Fue tanto el gusto que sentí que saqué mi mano y la dejé a ella seguir sola. Nos miramos a los ojos y empezamos a gemir. Subió su mano empezó a tocar mis casi nulos pechos (aunque ella tenía un poquito más que yo, pues recién se le estaban desarrollando) por sobre el vestido. Mi excitación fue subiendo y manoseo de ella se hizo mas audaz. Metió su mano dentro de mi vestido y acariciaba mis tetitas. Cerré los ojos y me limité a disfrutar toda ese mundo que era nuevo para mi.
    
    Sentía su respiración casi pegada a la mía y ella empezó a decirme que me imaginara que veía a mi padre desnudo masturbándose. Me ponía cada vez más caliente y en un momento sentí sus labios sobre los míos dándome un beso. Me sorprendí y me exalté también. Me eché hacia atrás lo que pude en el sillón y la miré sorprendida. Ella estaba como asustada y con vergüenza porque su cara se puso roja y empezó a balbucear que la perdonara por haber echo eso.
    
    No supe que decirle, seguimos tocándonos las dos solas pero ya no fue lo mismo que como veníamos. Hasta que ella me dice que paremos porque mi mamá iba a llegar en cualquier momento. Así que nos vestimos y no pasó mucho tiempo que sentimos la llave de mamá que quería abrir la puerta. Me apresuré a levantarme del sillón y abrir la puerta de calle. Mi amiga se fue al momento.
    
    Me puse a ver una novela con mamá por televisión y las escenas donde había algún beso ...
    ... recordaba lo que había pasado con ella y sentía algo extraño en ese momento. Me di cuenta que me había gustado, pero como me doy cuenta ahora, arruiné todo ya que mi amiga no regresó más a casa y yo tampoco hice nada para buscarla.
    
    Empecé a ir al baño a tocarme, pensaba en todo lo que ella me había contado tantas veces con su padre y lo bien que me había sentido esa tarde con ella. Hasta aún sentía el beso que me había dado.
    
    Mis idas al baño se hicieron frecuentes y fueron pasando los meses. Empecé a confiarme y se hicieron prolongadas y hasta gemía. Ni pensaba si mamá podía oírme o no.
    
    Una vez estaba tan absorta en mis pensamientos, tocándome y gimiendo que mamá abre la puerta un poco y sin asomar su cabeza preguntó si estaba bien. Me sobresalté y mi corazón empezó a latir que parecía se me salía. Como pude y casi tartamudeando dije que si. Ella la cerró y me apuré en acomodar la ropa y salir.
    
    Me quedé en mi habitación acostada, más por vergüenza de lo que había pasado que por ganas de estar acostada. No me atrevía a mirar a mi madre y tenía miedo que me dijera algo malo.
    
    Finalmente tuve que ir porque me llamó a que la ayudara con la comida. Ella estaba embarazada de la que sería mi hermanita. Solo miraba lo que estaba haciendo y no la contradecía en nada de lo que pedía. Estábamos las dos, una al lado de la otra, sobre la mesada y ella acariciaba mi cabello. En momento me sostuvo la cara con una mano y la giró para que la mirara. En sus ojos había un destello que ...