Historia de una Masajista por casualidad - Capítulo 1 - El descubrimiento - Relatos Eróticos

Historia de una Masajista por casualidad - Capítulo 1 - El descubrimiento

... prestarnos mucha atención.

- Nada Mamá, solo que me apetece ver mucho una peli y como es l turno de Dani, pues le propongo un trato, y uno bueno, ¡eh! - Dije mirando a mi hermano fijamente. Este también agachó la mirada y me contestó:

- Vale, pero uno bueno, y también en las piernas, que las tengo muy cansadas de los ejercicios que hago cada día. - Contestó, mientras se levantaba y empezaba a andar hacía su cuarto.

- ¡Vamos!! Luego he quedado con unos amigos para hablar en Instagram. 

Me levanté corriendo y antes de salir de la cocina, girándome dije:

- Mamá, la próxima eres tú. jajajja - Ella me miró y sonrió sin decir nada. Yo, recogí las cosas necesarias, toallas, aceite y fui hacia el cuarto de mi hermano. Cuando llegué el estaba tumbado boca abajo en calzoncillos.

- Tienes que ponerte una toalla abajo, o se pondrá todo perdido de aceite - Le dije mientras le pasaba una de las toalla y me hacía una coleta y me sentaba a su lado. 

Empecé en los hombros, como con mi padre, los tenía menos musculados y mucho más relajados. Pero a la vez su piel era más tersa y suave. Lo músculos estaban más definidos y me resultaban muy agradables al tacto. Durante los 15 minutos que estuve masajenado su espalda, Dani se mantuvo en silencio, así que le pregunté:

- ¿Te está gustado? No has dicho nada desde que empecé. - Lo hice tranquilamente, con una voz dulce y serena. El contestó en seguida:

- Bueno no esta mal, mi chica me los daba mucho mejores antes del ...

... confinamiento. - Dijo con voz indiferente. Algo estaba fallando, no había caído rendido a mis manos como padre. No sabía como revertir la situación, así que sin saber muy bien como le dije:

- Date la vuelta, te voy hacer las piernas. - Me aparté un poco para que se pudiera girar. Él lo hizo tranquilamente y sin darse mucha prisa. Yo me puse más aceite en las mano y empecé por la parte de abajo, movía las mano hacia arriba y abajo, nunca había visto un masaje de piernas, así que estaba completamente perdida. Lo que me di cuenta es que cuando mis manos subían de las rodillas el cerraba los ojos, por lo que esa era la clave.  - Con Dani, tengo que ir a los cuádriceps, es lo que le gusta - Me dije a mi misma. 

Poco a poco Dani fue reaccionando y veía que cada vez cerraba más los ojos, así que siguiendo la m isma estrategia, le dije:

- Bueno ya llevo más de 30 minutos y estoy cansada. Esta noche elijo yo peli! - Haciendo como que cogía la toalla para irme. Inmediatamente, me agarro una de las manos y me suplicó:

- Por favor un poco más, esta parte si que me estaba gustando mucho. Te daré dos turnos como Papá. - Me decía con mirada de chico bueno.

- Ok, pero solo 10 minutos más y más flojito que m e duelen las manos. - Entonces empecé a acariciar sus cuádriceps hacia arriba y hacia abajo. En seguida me pareció ver un leve movimiento bajo sus calzoncillos, él reaccionó de inmediato cogiendo la toalla y tapándose rápidamente. Yo hice como si no hubiera pasado nada. 

En ...