La mujer de mi compadre p.1 - Relatos Eróticos

La mujer de mi compadre p.1

Hace tiempo que quería sacar esto que no le he contado a nadie. 
Mi consciencia no me deja tranquilo y ya no pude contenerme.
La razón es que tuve encuentros con la mujer de uno de mis mejores amigos y compadre.
Yo trabajo como oficial en una dependencia jurídica de Dgo. y hace aproximadamente dos años me tocó coincidir con la mujer de mi compadre cuando ella comenzó a trabajar ahí.
Eran departamentos diferentes pero nos tocó compartir edificio durante varios meses. 
Cuando nos presentamos de inmediato nos reconocimos ya que en una ocasión le llevamos serenata a su casa y en otra, nos vimos en el centro de la ciudad mientras yo trabajaba y ellos paseaban.
Supimos quiénes somos y fue fácil llevar una buena relación desde ese momento (su primer día de trabajo). 
Coincidimos dos fines de semana y nos saludabamos con gusto. Teníamos pláticas divertidas y siempre llenas de risas, todo nos parecía gracioso y era fácil convivir.
Así pasó una o dos semanas más y entre pláticas mencionamos mucho a su novio (que yo pensé que era su esposo) y nos mandamos saludos varias veces ya que mi compadre trabajaba fuera.
Ella siempre salía unos minutos antes que yo y nos despedíamos de lejos. Pero en una ocasión de esas ella aún estaba en la parada del autobús y ya era muy tarde, por lo cual yo me ofrecí a acercarla a su casa y al pensarlo un poco ella aceptó. 
Eran los tiempos en que llega el otoño y oscurece más temprano y estaba completamente sola esperando.
Durante el camino ...

... platicamos bastante y no dejaba de sonreír, parecía contenta y no dejaba de verme, pero esta vez con una mirada diferente. 
Yo le pregunté algunas veces por qué me miraba tanto y ella solo dejaba de verme y sonriendo me decía que por nada. 
Al llegar al lugar donde etomaba su segundo autobús, nos despedimos de manera diferente a todas las anteriores, esta vez fue de beso en la mejilla en incluso un casi abrazo como de agradecimiento.
El problema es que me miró según yo muy coquetamente y me sostuvo la mirada sonriendo por unos segundos sonriendo cada vez más por unos segundos y peor aún que tiene unos ojos hermosos, una boca grande con labios bien torneados y carnosos y unos dientes muy bonitos.
En fin, ya la había mirado con atención de pies a cabeza y la verdad estaba buenísima, de esas mujeres caderonas de nalgas grandes, acinturadas y pechos enormes.
A pesar de que tenía muchos atributos, nunca me atrevía a pensar algo con ella porque e s la mujer de mi amigo y compadre.
Lo importante fue que esa vez cambió mi manera de verla, porque comencé a recordar que cada vez que platicábamos ella era muy coqueta, no sé si así es su forma natural de ser o si solo actuaba así conmigo, pero esa ocasión que le di un aventón, entendí un mensaje que tal vez llevaba tiempo enviándome.
Toda la semana estuve pensando mucho e imaginando de todo. La mera verdad tenía muchas ganas de que llegara el próximo sábado para volver a verla y saber si solo fue mi imaginación o en verdad ella me ...