Relatos eróticos esposos cómplices cap 113 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 113

CONTINUACIÓN 

Sudaba frío al pensar qué aún falta bastante por meter y yo yá estoy qué me muero, y es qué al estirarse mi piel interna vaginal para abrazar ésa vergota super gruesa, siento cómo si me estuviera descosiendo.

Tratando de mantenerme firme para no preocupar a mi hija, qué estaba pendiente trataba de serenarme, pero a veces me ganaba el miedo.

Jefe : Sigue contando por favor.

Sin saber qué decir ante su pedido enfermizo, recordé.

Yo : Cuándo recién lo conocí nos enamoramos a primera vista y después de los besos y abrazos me llevó a un sitio más privado, viendo por primera vez su cuerpo joven y Ayyyyyyyy ouchhhhjjjjjjyyyy Ayyyyyyyy Ayayayayyyyyyyy

El jefe me lo estaba empujando con cólera escuchando mi relato.

Yo : Sí te vas a ayyyy poner así, uffffff yá no te cuento uf

Jefe : Igual te lo voy a meter, lo qué te ayudará es qué me voy a vaciar más rápido, así qué sigue hablando.

Me estaba doliendo mucho qué no podía seguir hablando, por miedo a desmayarme.

Jefe : Sigue hablando por favor.

Al no encontrar respuesta mi hija se acercó a verme, encontrandome desmayada.

Hija : Mamá, mamá, señor se ha desmayado. 

Jefe : Tú dirás, que hago ?

Hija : Tienes qué salirte de ella, déjala descansar.

Jefe : Se lo saco, pero cuándo despierte se lo vuelvo a meter.

Hija : Ya no señor, déjela tranquila.

Jefe : Hija, yo yá pagué y tengo derecho sobre ella.

Mi hija agarrándose la cabeza mirándome y tratando de no pelear por qué no ...

... convenía, podía influenciar para perjudicar a su papá y perderíamos nuestra fuente de ingreso.

Hija : Jefe, no sé qué hacer, a conciencia dígame qué debo hacer ?

El jefe sin haberse salido de mi, la miró compasivamente

Jefe : Hija, para tu conocimiento, la verga no la matará. Te recomiendo qué le hagas oler un algodón con alcohol, mientras yo termino lo mío y todos felices.

Hija : Confío en usted señor.

Así qué al recuperar el conocimiento, ví a mi hija sobándome la cabeza y volví a sentir ése gran dolor.

Hija : Mamá, aguanta un poquito yá falta poco.

 Apoyando mi cara en el colchón, esperé con calma a qué termine, pero de pronto sentí sus movimientos del mete y saca y por momentos en círculos.

Yo : Ayyyyyyyy ouchhhhhjh
auuuuuuu oyyyyyy mieroyyy

Sentía toda su masa muscular golpeando mi cuerpo de diferentes formas y escucharlo gemir me producía un sentimiento muy raro no sabía si era de placer, de terror o de repulsión.

Hasta qué sentí su leche caliente golpear mis paredes se nales, yéndose hacía lo más profundo de mis entrañas.

Me dió 3 últimas estocadas para dejarme hasta su última gota, quedándose tendido sobre mi, besando mi nuca.

Al resbalarse sentimos un mal olor, por lo qué mi hija le dijo qué me lleve a la ducha, teniendo qué cargarme y ahí mi hija me sentó en una banca y el gordo se daba gusto, sobando todo mi cuerpo al bañarme. 

Con el contacto del agua me iba recuperando, volviendo a ser yo misma.

Yo : Discúlpame, estoy muy ...