Los calzoncillos de mi compañero de piso
Fecha: 25/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... otro. Nos daba morbo mirarnos a los ojos y sentir la barras de carne paralelas y duras latiendo encima del estómago del otro. BOM me hacía David. BOM le contestaba yo. Estábamos tan cerca que su aliento me daba directamente en la boca abierta y por supuesto que él notaba el mío también. BOM..., BOM..., los cañones se saludaban abajo. Después de un rato comencé a sentir el peso de su cuerpo encima de mí e hice ademán de moverme. Él se dio cuenta y rodó de lado arrastrándome consigo. Nos quedamos abrazados y un poco asustados. Los dos sabíamos que estaba mal lo que hacíamos, pero no podíamos separarnos.
- SE TE PUSO DURA... – me dijo con voz ronca.
- A TI TAMBIÉN – le contesté.
- ¿NOS HACEMOS UN PAJOTE EN EL SOFÁ?
- ...VENGA... – dije yo porque no aguantaba más la tensión de tenerlo tan cerca oliendo su aliento...
Nos sentamos juntos y pegados. Él a mi izquierda y yo a su derecha. Pasó su brazo derecho encima de mis hombros y yo pasé mi brazo izquierdo encima de los suyos. Me puso la mano izquierda encima del pene erecto y como era zurdo me la movió encima acariciándome con maestría. Yo lo imité con la derecha que me quedaba libre. Era guapo sentir un pene que no es el tuyo debajo de la suave tela del slip. La palma de la mano se ahueca y sientes todo el calorcillo y la dureza de la polla, tan conocida de cuando te haces pajas, pero no es la tuya, la tuya te la están tocando. No sé bien cómo me atreví, pero le metí los dedos y se la saqué . Era una polla guapa y ...
... bien dura. La cogí con dos dedos y la moví adelante y atrás golpeándola contra su estómago. Él me sacó la mía y al momento nos deshicimos de los calzoncillos que tiramos al suelo.
Mi mano en su pene, su mano en el mío. Qué gusto se siente! Estás pegado a tu amigo y sabes que aunque es una mariconada ninguno de los dos dirá nada. Avanzas poco a poco y te relajas. Es muy guapo tener la polla de otro tío en la mano, yo jamás lo había hecho y me gustaba, tan calentita y suave, tan dura. David suspiraba hondo y me miraba, yo miraba al frente pero veía su cara girar y acercarse a la mía. Estaba muy caliente. Me besó en una mejilla y yo retiré la cara. Pero él insistió y volvió a besarme muy cerca de la boca. Me pinchó con su barba de dos días y sentir los pinchitos rascarme, con sus labios calientes y suaves en el centro, hizo que me diera como una electricidad. Yo me quería apartar.
- ¿QUÉ HACES, TÍO? – le dije.
- ES QUE ME GUSTA CÓMO ME LA MENEAS..., ESTOY CALIENTE TÍO..., ESTOY TAN CALIENTE QUE SOY CAPAZ DE... MORREARTE
- NI SE TE OCURRA – Lo aparté de mí de un codazo. No dijo nada más, en lugar de eso me la soltó y se llevó sus propios dedos, llenos del olor de mi polla, a la nariz. Olió y puso cara pensativa, no le daba asco, volvió a oler, parecía que le gustaba! Luego los chupó y se los llenó de saliva. Bajó la mano ensalivada y casi me corro del gusto cuando me la frotó por toda la polla, húmeda y calentita. Me la meneaba con apetito, gozando de lo que me hacía. ...