MI DULCE Y APASIONANTE ESPOSA TERESA 3
Fecha: 26/11/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... el sexo, mamita rica” Ella; fuera de sí, jadeaba y gemía de placer.
Luego, el la echo sobre la cama, besando sus pequeños pezones de niña, que a causa de la brutal excitación que tenía, se agrandaron al doble de su tamaño. El macho se regodeó un largo rato en esas virginales tetas, succionándolas y mordiéndolas, mientras mi esposa movía su cabeza, gimiendo entrecortadamente. Fedro la besaba como un violador, sosteniéndola con poder por sus muñecas, introduciéndole su lengua, con chasquidos llenos de fuego sensual. Con empeño y anhelo empezó a acariciar su clítoris, con movimientos cada ves más diestros y sensuales. Tere, arqueada por el ímpetu de esos dedos que se hundían en su intimidad, comenzó a experimentar las contracciones de un orgasmo tan poderoso, que le duró más de un minuto, en tanto ella; sudorosa y perdida de placer gritaba de satisfacción.
Después de un corto instante, Fedro la tomó brutalmente de su cabellera, y le dio un prolongado beso que la dejó sin aliento, para decirle en la cara: “Ahora te voy a meter la verga, la verga más rica que ha sentido tu vagina, esa rica chucha que ahora es mía” y ostentando con poder de varón ese enorme miembro, empezó una penetración lenta, pero firme y potente. Fedro se sabía dominador de esa hembra, quería que su verga sea la causa para que esa hermosa mujer ajena se enamore y se envicie del sexo, para que luego ella, voluntariamente se incline al deseo de ser una Puta, la puta más rica y más joven de todas las ...
... putas.
Ella gemía al principio con suavidad, mientras le decía al mecánico estas frases de entrega: “Que rico, que rico mi papacito” “Hay…hay…como me la estás metiendo” “Que rico me estás culiando…que rico culeas…Hay, que culeo tan rico” pero a medida que esa enorme verga la penetraba con dificultad, pues su estrecha vagina solo había sido visitada por mi verga unas 15 veces, esos gemidos se fueron convirtiendo en grititos y aspiraciones profundas. El la estaba culiando de manera calculada, como un profesional, mirándola a los ojos, mientras su verga gruesa y larga iba abriéndose paso por esa vagina inexperta, y sumamente estrecha. El estaba encima de ella, un poco levantado, su mano izquierda sujetaba poderosamente su nuca, en tanto que su mano derecha, puesta detrás de su espalda, abrazaba posesivamente su fina cintura. El la iba penetrando poco a poco, y mientras ella gemía con mayor fuerza, respondiendo al lento empuje de la fuerte penetración de esa verga tan poderosa, el mecánico se mordía su labio inferior, con un gesto de poder y dominación. Yo veía en un éxtasis erótico, que ese hombre estaba disfrutando a mi esposa con gozo de macho fuerte. Su inmensa verga se hundía en su deliciosa chucha, que a pesar de ser estrecha, estaba jugosa y ardiendo, recibiendo complaciente ese gigante mazo, que penetraba su virgen intimidad de mujer.
Cuando el descomunal miembro, llegó al fondo de ese delicioso y apretado guante de carne, el mecánico; sin sacarla, comenzó a mover en ...