1. Noche de fiesta


    Fecha: 30/11/2018, Categorías: Anal Autor: almogaver92, Fuente: RelatosEróticos

    ... al lado de la foto de familia. Que bonito. Bueno, no creo que el chico que me traiga se fije. O a lo mejor follamos en su coche. O en los lavabos de la disco. Y si lo ve que más da? Lo usaremos y ale, mejor para mi.
    
    Subí al coche y fuimos con la música a tope hasta llegar a un mac auto, comimos las hamburguesas allí mismo en el coche y seguimos hacia la discoteca. Al llegar esperamos en la cola mientras nos sentíamos deseadas. Lo cierto es que no estábamos nada mal, aunque claro, mantener esa figura no era fácil. Pero tenía sus recompensas. Como por ejemplo elegir al chico. Aunque eso ya lo podemos hacer las chicas normalmente.
    
    Estuvimos bailando un buen rato, restregándonos contra los chicos que se nos acercaban. Casi ni me di cuenta de si el tiempo pasaba o no, me sentía eufórica, provocando a los machos, uno detrás de otro y dándolo todo en la pista de baile.
    
    Entonces, apareció así como de la nada un chico alto, atlético, con el pelo liso y un poco largo. Me recordó a Jamie Lannister, el de juego de tronos pero en joven. Nos quedamos mirando un buen rato y me acerqué a él para bailar. Ni corto ni perezoso me agarró de la cintura y empezamos a movernos al ritmo de la música. Ni si quiera habíamos hablado. Sus manos cada vez se volvían más atrevidas, y bajaban para tocarme el culo o subían y se acercaban peligrosamente a las tetas. Por mi parte, yo cada vez me pegaba más a él y restregaba mi culo por su paquete, cada vez más hinchado.
    
    -Oye guapo, aquí hay mucho ...
    ... follón, que tal si vamos a un sitio más tranquilo? -le dije con una mirada que gritaba "quiero que me empotres contra la pared pero YA".
    
    -Te parece bien ir a dar una vuelta en mi coche? -Preguntó acercándose a mi oído. Tenía una voz grave y fuerte, que hizo que por poco se me cayeran las bragas allí mismo.
    
    -Venga vamos -le dije pasando mi mano por su voluminoso paquete.
    
    Lancé una mirada risueña a mis amigas y me fui con ese chaval. Al subir al coche, le desabroché el pantalón y liberé al monstruo que guardaba en los calzoncillos.
    
    -Joder estás bien dotado cabrón -le dije mientras le pasaba la mano por la polla, sin pajearle, solo acariciándole.
    
    -Tu tampoco estás nada mal -me dijo mientras su mano pasaba por mis tetas. Suerte que el coche era automático y no tuvo que soltarme. Yo por el contrario no dejé de mover su palanca, haciendo que subiera de marchas.
    
    Llegamos a un párquing casi vacío, donde solo había dos coches más y se movían, como si alguien estuviese follando allí. Bueno, sin el como, allí se iba a follar.
    
    Sin decir palabra, el desconocido (¡joder, ni si quiera sabíamos nuestros nombres!) me empezó a sobar como un poseso. Y yo me dejé. Es más, respondí sobándolo como una posesa, ahora sí que lo pajeaba. Y el metió la mano por debajo de mi vestido, y sus dedos sintieron mi humedad. Que más que humedad era mojado total. Inundación.
    
    Nos retorcimos como serpientes mientras nuestras bocas se unían y las manos de uno jugaban con el otro, acariciando ...
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