1. Mi historia con Abril I


    Fecha: 01/12/2018, Categorías: Fetichismo Autor: joshsanz, Fuente: RelatosEróticos

    ... era una fanática de Star Wars.
    
    Había pasado ya un rato, me lo estaba tomando con calma y mejor decidí revisar el resto del lugar. La lavadora estaba en el baño, al fondo, pasando por la puerta de la recámara. No pude resistirlo y entré a hurtadillas, como si fuese un maldito niño que roba dulces mientras nadie le mira; toda esa situación me hacía sentir joven de nuevo. Me topé con más perfección. Zapateras impecables en las paredes, un clóset acomodado, el tocador en orden. -Esta chica comenzaba a darme miedo…-. Busqué un poco esperanzado a encontrar algún tesoro, pero no, nada fuera de lo ordinario. No quería abrir sus cajones, serían mi última opción, así que me dispuse a realizar mi trabajo, pero antes de salir no pude resistir tumbarme en su cama y aspirar el dulce aroma de su almohada. Delicioso.
    
    Tras acomodar todo, entré al baño. Nadie, por más que trate, puede ser completamente impecable en un baño. Ahí estaba, colgada en un gancho a la pared, la toalla con la que seguramente se había secado luego de ducharse esa misma mañana, y debajo de esta, la ropa interior que llevaba el día anterior -color azul marino, aún húmeda; la había lavado en la regadera-. Era una prenda poco sensual, pero nada había que hacer.
    
    Decidí que era mejor dejar las cosas en donde estaban y apresurarme con el trabajo, así tendría más tiempo libre para mis fechorías. Me planté frente a la lavadora y encontré el premio mayor. Ahí estaba, acomodado a un costado lo que estaba buscando, lo ...
    ... que tantas veces había deseado: su cesto de ropa sucia. Estaba lleno y completamente desordenado. En la cima se encontraban un par de pantaletas sexys de Victoria Secret color fucsia. Me faltó el aire. Estaba tan emocionado que dejé caer la caja de herramientas y tomé la prenda. Se encontraban enrolladas y al estirarlas, mi miembro creció al imaginar cómo se verían puestas. Las volteé, dejando la parte que tiene contacto con su vagina descubierta y me topé con una delicada y delgada mancha blanquizca, con un par de bellos púbicos pegados.
    
    ¡Oh, por Dios…! ¡La descarga vaginal de Abril y sus bellos púbicos justo frente a mis ojos!
    
    Mi corazón casi se detiene cuando pasé los dedos por la mancha seca y sentir su textura. Tocar no fue suficiente y sin pensarlo llevé sus bragas a mi nariz para aspirar su esencia juvenil. Por puro infortunio, no olía demasiado y me decepcioné un poco, debo admitirlo; son embargo, estaba ante su cesto de ropa sucia, algo tenía que encontrar.
    
    Dejé esas bragas a un lado y hurgué un poco más. Me encontré con camisetas y camisas blancas -estas últimas seguramente del trabajo-. Las llevé a mi nariz y pude conocer un poco el delicioso aroma de sus axilas. Era delicioso, suave, ligeramente perfumado por el desodorante, pero aún con la esencia de su esfuerzo en el restaurante. Hurgué más y más, y salieron aquellas medias cafés que mencioné antes. No lo pensé y las desenrollé para olerlas. La parte final, la de los dedos, era súper, pero súper olorosa y ...