Los tíos de mi amiga
Fecha: 02/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: ChicaSexy3, Fuente: CuentoRelatos
Hola, busqué un sitio como éste para poder compartirles mi relato, mi experiencia sexual que marcó mi vida. La de la foto soy yo jejeje.
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En diciembre del año pasado mi amiga fue con su familia a pasar unos días en San Jerónimo, en unas cabañitas que hay allí (algo de portal del sol creo) y me invitó, y yo fui. Bueno, el caso es que estaban tres de sus tíos con sus familias (uno de ellos tiene una cabaña también allí, pero nosotros nos quedamos donde los papás de mi amiga). Tengo 20 años y sé lo que produce mi cuerpo en los hombres, y a veces eso me calienta mucho, pero nunca había estado con alguien mayor que yo, digo, con un hombre mayor. Los tíos de mi amiga son cuarentones, pero se cuidan mucho con el ejercicio y realmente están muy papasitos. Yo los veía en el jacuzzi o en la piscina y desde el primer día sentí que me calentaban… conociéndome, sé que algo iba a ocurrir.
La primera noche, luego de cenar mi amiga comenzó a contarme que los tíos suyos eran muy lanzados con ella, que esa misma tarde uno de ellos le había metido su mano por debajo del short y le había cogido la nalga. Ella no se mostraba molesta y como le pregunté, me dijo que era común, que ellos siempre le tocaban la cola o los senos a sus primas y a ella misma. Lejos de escandalizarme, me excité mucho pensando en que yo también quisiera tener esa “suerte”. Pero luego cambiamos de tema y la cosa quedó en nada.
Ya en el segundo día noté que dos de sus tíos eran muy cariñosos conmigo, y ...
... uno de ellos me rozó “sin querer” por detrás… casi me muero, porque sentí su pene dormido y me pareció muy grueso. “Si así es dormido…” pensé mientras sentí como un pequeño corrientazo por la espalda. Cuando fuimos a piscina, noté que me había mojado. Entonces, decidí no esperar mucho más… solo quedaban dos días de paseo.
Durante el día me mostré cercana con ellos, y los dos se interesaron en mí mucho más. Eran muy solícitos en consentirme. Cerca al anochecer uno de ellos me abrazó al pasar y creyendo yo que sólo pasaría y quizás me rozara como el otro durante el día, me sorprendió que retuvo mi cintura y me dijo algo que cambiaría todo: Juan (nombre ficticio) tiene desocupada su cabaña todo el día de mañana, ¿quieres venir y pasar rico?
Confieso que casi no dormí, que me había excitado y a la vez me sentía nerviosa porque nunca había estado con alguien mayor y mucho menos con dos al mismo tiempo. Pensé en decirle a mi amiga, pero no lo hice. Estaba segura que eso arruinaría mi experiencia, pero sería muy difícil separarme de ella porque es mi amiga y andábamos todo el tiempo juntas.
Empezó el nuevo día y mi amiga me guiñó el ojo en el desayuno y me dijo:
—vamos a la cabaña de Juan?
La mamá de ella y una de las tías dijo, seguro que las ponen a limpiar. (¡Limpiar! Dije yo entre risas… aunque sabía qué era lo que “limpiaríamos” pues ya había entendido que mi amiga pasaba rico con sus tíos).
La cabaña estaba en el lado opuesto del lugar, y fuimos con mi amiga. ...