1. Masturbándome en la playa


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... convertirme en una mujer en ese mismo segundo, pero lo dejé porque claramente esas no eran mis intenciones. La masturbación era para mí, en esos años de adolescencia, un escape. Una demostración de mi sexualidad. Me había masturbado en mi cuarto, en la ducha, incluso en la cocina y en la piscina que teníamos en el jardín de una casa que había pertenecido a los papás de mi madre, cuando no había nadie que pudiera mirarme. Y joder, me estaba haciendo una buena sobada en medio de la playa, con mi bikini rojo, sudando y sonrojada al imaginarme penetrada por Alfonso en todos y cada uno de mis orificios. Imaginé a él eyaculando en mi coño, le imaginé dándome de mamar en la boca, metiéndomela hasta la garganta y después cogiéndome como una desgraciada perra pidiendo más. Lo sé, no son pensamientos muy limpios, pero aquél que no haya tenido obscenidades en la cabeza, que lance la primera piedra. Clari seguía arrodillada. — Chúpaselo… chúpaselo… — repetía para mis adentros. Mientras escribo esto, no dejó de pensar en Alfonso… joder, qué guapo era ese español. Al final noté el orgasmo. Me eché completamente sobre la arena y sonreí mientras estiraba las piernas y me metía los dedos a la boca. Demasiada excitación, demasiada dulzura para mí. Si todos los hombres de la playa hubieran venido a traerme sus vergas, se las hubiera mamado sin dudarlo dos veces. Claro, mi ilusión terminó cuando un hombre que estaba a mi lado me sonrió. Había ...
    ... visto todo el proceso, incluso con la toalla tapándome el coño. Nunca en mi vida había estado más roja. — Nice — dijo el hombre y se fue a dar un paseo por la playa. Después de un rato, Clari volvió y me miró con cierta curiosidad. — ¿Todo bien? — De lo que te perdiste, Clarisa. — ¿Qué me perdí? — Nada. Déjalo. Anda, vámonos. Y cuando Clari cumplió los 16 años y le dije el gran pedazo de carne que había tenido… — ¿Y si la tenía grande? — preguntó con visible interés mientras cantaba Uptown girl con sus pequeños cacheteros negros de encajes y su cepillo a modo de micrófono. — Demasiado. Creo que hasta estaba erecta. — Ay, qué rico. Mensa, mensa, mensa — exclamó dándose golpecitos en la cabeza… porque no voy a engañarles. A mi hermana y a mí nos encantan las pollas. Sí, suena raro, suena extraño, pero ¿qué no esta página es para eso? — Debiste mamar. — Nah, era una niña. Ni me iba a caber. Tengo la boca pequeña. Me reí y la abracé cariñosamente. Aunque actualmente mi libido ha descendido a niveles alarmantes, un nuevo chico con el que salgo me ha tenido algo excitada, y creo que por eso las ideas han fluido con gran facilidad en este morboso relato. Si quieres contactarme, me puedes enviar un mensaje privado. No suelo entrar al chat, ni tampoco doy información personal, más allá de la que muestro en mis relatos, aunque si quieres hacerme una sugerencia sobre qué podría contar para la próxima vez, bueno, bienvenido estás. Un saludo. 
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