1. Acogiendo a Hasim. Noche musical.


    Fecha: 06/12/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a Eva que se desnudase y ella lo hizo con presteza, quedándose así de pie al lado de su hija mientras el iraquí recorría el desnudo cuerpo de Sara con el frío acero de la hoja del cuchillo.
    
    Sara temía lo peor.
    
    Pero no podía hacer nada.
    
    Estaba a su merced.
    
    Sólo podía llorar.
    
    Lloraba mientras el cuchillo se acercaba a sus tetas y las iba recorriendo, rodeando sus perfiles antes de apoyar la punta en sus pezones y presionarlos levemente.
    
    Después la deslizó sobre su tripa hasta llegar a su entrepierna.
    
    El cuchillo parecía estar aún más helado cuando empezó a recorrer las partes íntimas de la chica.
    
    Lo dejó con el filo apoyado contra la raja de Sara y, sonriente, se dio la vuelta para acercarse a Eva.
    
    La abofeteó sin compasión.
    
    Con fuerza.
    
    Pero la madre de Sara aguantó en su sitio y logró articular un “gracias”.
    
    Hasim giró la cabeza para mirar a la chica, como para darla a entender que así era como esperaba que fuese, como su madre.
    
    Completamente obediente.
    
    Completamente complaciente.
    
    Completamente agradecida hasta por el castigo físico.
    
    Una marioneta en sus manos.
    
    - Chupar, ajaliba.
    
    Dicho y hecho.
    
    Eva se arrodilló inmediatamente y sacó el miembro de Hasim.
    
    Sara no era capaz de apartar la mirada pese a lo incómodo de su posición y su propia situación, con el cuchillo aguantado entre sus piernas apoyándose tan sólo en la raja de su coño.
    
    De hecho, ya ni notaba su frío acero.
    
    Se había olvidado de esa ...
    ... sensación.
    
    Sólo era capaz de mirar cómo su madre chupaba la polla del refugiado, cómo se la metía y lograba hacer desaparecer un buen trozo dentro de su boca y cómo al salir, un hilo de babas recubría la superficie de esa polla, cada vez más gorda, hasta la boca de Eva.
    
    Era una escena que la resultaba casi… casi…
    
    No lo podía evitar.
    
    Y tenía que seguir mirando.
    
    Su mirada poco a poco se adaptaba a la indecencia de la situación.
    
    Y poco a poco asumía que sí, que era su madre realmente quien estaba allí…
    
    Y que era su madre la que les había traicionado a su padre y a ella misma…
    
    Y que disfrutaba enormemente de su nueva condición.
    
    Y que no veía ninguna humillación en encontrarse así, desnuda y de rodillas chupándole la polla al hombre que había roto su familia, al hombre que había forzado a Sara y había provocado que fuese reducida a un juguete sexual de decenas de desconocidos, que… y que tenía desnuda, amordazada e inmovilizada a la propia hija de Eva allí mismo, a menos de un metro.
    
    Y había algo de excitante en aquello.
    
    Y el cuerpo de Sara no podía evitar traicionarla.
    
    Sentía un calor crecer en su interior.
    
    Un calor y un picorcillo.
    
    Sentía unas ganas inmensas de tocarse, no lo podía remediar.
    
    Sentía crecer… hincharse… su coño… y no lo podía evitar… ni siquiera cuando el cuchillo empezó a resbalar y el fugaz pensamiento de que podría herirla pasó por su mente.
    
    La polla de Hasim estaba ya crecida al máximo.
    
    Incluso a la madre de Sara la costaba ...
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