1. Jimmy el futbolista


    Fecha: 10/12/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Wild Skin, Fuente: CuentoRelatos

    ... un mensaje al móvil.
    
    -Mi hermano no estará en todo el día, y mamá llega en la noche, te espero.
    
    Aproveche ese momento libre para ordenar la casa y limpiar un poco, no paso mucho hasta que el timbre sonó. Su imagen vino a mi mente y el rubor me recorrió por la espalda. Abrí la puerta y al verlo allí de pie lo primero que hice fue tomarlo por el short que cargaba y jalarlo hacia adentro. Él cerró la puerta y me tomo en sus brazos, me dio la vuelta, sus manos fuertes brincaron apretando mis nalgas y corriendo al sofá. Me bajé los pantalones y me puse en cuatro para enseñarle mi hermoso trasero.
    
    -Pero que culito tan bonito tienes allí. Ahora si no te me vas a escapar, entonces ¿estaremos solos todo el día?
    
    -Sí, mi hermano salió de viaje y mamá llega tarde. Sabía que vendrías, ya tengo mi culo listo para ti así que ven acá y dame guevo rico.
    
    -¡Genial!!!
    
    Bajé sus shorts y lo senté en el sofá, allí estaba ese rico olor y su verga bien parada. Volví a mamarlo, pero esta vez con más suavidad, no quería hacerlo acabar tan rápido. Chupe como si fuese un helado, un poco de mis labios un poco de mi lengua. Un poco de saliva para masturbarlo. Cuando ya estábamos bien calientes me subí sobre él y me puse en cuclillas, masajeaba su miembro con la piel de mi muy excitado ano. La saliva hizo su trabajo de lubricación y dejaba que me recorrieran las cosquillas desde mi agujero y por toda mi espalda me movía con más ritmo y sentía como su envergadura paseaba por la raja de mis ...
    ... nalgas, era absolutamente exquisito, su guevo se movía a mi ritmo y prácticamente acariciaba todo su tronco con mi ano. Ya decidido le dije:
    
    -Ahora si me vas a coger, te voy a sacar la leche con mi culito calentón.
    
    -Dale putica que este palo te espera. Dale, vente para acá.
    
    Poco a poco fui metiéndome su guevo, sentí dolor cuando entro la punta, pero de inmediato descubrí que era cuestión de relajar el ano. Y al dejar de apretar, su palo se deslizó. ¡Uf! fue la mejor sensación que había experimentado, nada más sentir que resbalaba dentro de mí, como su guevo se abría paso en mi interior, imaginaba que era más grande de lo que había pensado pero es que mi ano era virgen y él se estaba llevando mi virginidad con su cosota. Cuando ya lo tenía bien encajado me moví de arriba abajo para que entrara y saliera en todo su recorrido y con cada penetración sentí que me partía en dos. Luego los movimientos variaban, circulares, adelante y atrás, arriba y abajo en todas direcciones las cosquillas me recorrían, yo probaba con movimientos variados hasta que encontraba el adecuado.
    
    Cambiamos, yo me puse en cuatro sobre el brazo del sofá.
    
    - Que nalgas tan ricas, ¡así te quería tener como una perrita! ábrete esas nalgas que ahora me toca a mí.
    
    Se agacho y empezó a chuparme el culo, escupía y pasaba sus dedos por mi ano, me penetro con uno, dos y hasta tres dedos.
    
    - Ya mi culito está listo, ¡méteme el guevo que lo quiero ya!
    
    - No aún no, quiero sadiquearte un poco, ya te ...