Relatos eróticos esposos cómplices cap 117 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 117

Hola amigos, me llamo Miguel casado con Elva desde hace 8 años y leyendo éstos relatos desde hace 5 años, por lo cuál decidimos también contar el nuestro para disfrutarlo,  escribiendo y después leyéndolo para satisfacción nuestra y de los qué les agrade, por qué es nuestra pura verdad y la podemos contar libremente gracias al anonimato.

Con mi esposa nos conocimos en el trabajo. Los dos éramos asistentes de un alto funcionario público. Al verla me impacto sus lindos ojos claros, su delicadeza al hablar, su pequeño pero bien formado cuerpo blanco y el agradable trato que tuvo conmigo.

Comenzamos a salir al cine, a bailar y a los 3 meses yá éramos enamorados.

La presenté a mi familia causándoles muy buena impresión, lo mismo qué yo les causé a su familia y todos contentos por ser hijos únicos al año yá éramos novios, casándonos a los 20 años de edad.

Por disposición legal un matrimonio no puede trabajar en el mismo centro de trabajo, teniendo ella que renunciar.

Con un sólo y pequeño sueldo tuvimos qué irnos a vivir a casa de mis padres. En realidad él es mi padrastro, pero me quiere y me a criado cómo a un hijo.

Nos dieron todas las facilidades, inclusive el cuarto más amplio y uno más al lado, pensando en un futuro hijo y ellos se fueron al cuarto más retirado, para darnos privacidad  aprovechando que la casa es de dos pisos pero bien grande.

Yo continúe con mi trabajo diario y mi esposa se convirtió en la asistente de mi mamá, qué preparaba tortas y ...

... queques a pedido y mi padrastro seguía trabajando en una empresa de transporte de carga, en dónde él es dueño de dos camiones.

Vivíamos tranquilos haciendo el amor con recato, que por nuestras calenturas a veces se nos escapaba uno qué otro gemido, qué de seguro mis padres escuchaban, lo mismo qué nosotros también les escuchamos a ellos de vez en cuándo.

A los 2 años nos hicimos un examen para saber por qué no se embarazaba y resultó siendo estéril, causándonos una gran pena, pero le alivió saber que mi padrastro sufre de lo mismo por lo cuál tampoco pudo embarazar a mi mamá, pero al tenerme a mi me tomó cómo si fuera su hijo y vivimos felices.
Ahí dejamos el tema para ver en el futuro qué se podía hacer y mientras tanto no preocuparnos por éso, si no más bien ahorrar todo el dinero que podamos para solucionar ésa problemática.

Con el tiempo llegamos a superarlo, haciéndo nuestra vida normal, hasta que dos años después mi mamá se vió envuelta en la volcadura del bus en qué regresaba a casa trayendo sus insumos muriendo en el acto.

Hubo mucho sufrimiento especialmente para mí papá, qué yá no iba a trabajar quedándose en su cuarto llorando sin querer comer, logrando probar bocado a tanta insistencia de mi señora.

Con el tiempo pausadamente nos fuimos haciendo a la realidad, mi papá salía a trabajar por días y mi señora se quedó a cargo de los clientes de mi mamá.

Más centrado mi padrastro y un poco más restablecido reconociendo el refuerzo de mi señora, decidió ...