Relatos eróticos esposos cómplices cap 121 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 121

CONTINUACIÓN 

Hola amigos, soy Maruja qué empezé a narrarle mi historial en el cap 118 y hoy se las continuaré.

Bueno me quedé qué estaba en el cuarto día en la casa de un juez que veía el caso de mis hermanos presos para ser juzgados por robo y asesinato y gracias aún trato que me consiguió el capitán estaré aquí por una semana para ser usada sexualmente dejando inicialmente mi virginidad y parte de mi juventud para luego pasar una semana también con el fiscal y dos días con cada uno de los 6 oficiales que están viendo el caso.

Despertamos el día viernes y después del desayunó nos fuimos con el juez a ver televisión.

Juez : Dime, hasta hoy cómo estás sintiendo las vergas ?

Yo : La de usted y la de Tom gruesas y duras y la del gringo larga pero también dura.

Juez : Su tuvieras que casarte con alguno de nosotros a quien elegirás cómo marido ?

Yo : Un poco difícil señor, por qué las tres vergas me gustan, me casaría con los 3

Juez : Yá te gustaron las vergas qué al inicio no quisiste.

Yo : Ahora sí me gustan y dígame así son todas las vergas de los hombres ?

Juez : Nosotros la tenemos algo más grande del promedio de todos los hombres, por supuesto qué hay más grandes.

Luego pasamos a un ambiente alfombrado en dónde el juez me dijo qué a un metro de distancia me ponga cómo se iba a poner el.

Se puso en posición de perrito con la cabeza pegada al piso y el culo bien parado.

Luego vinieron la china y la india y nos echaron un líquido en el ...

... culo que olía a orines.

Después entraron el negro y el gringo trayendo 4 enormes perros y me imaginé lo qué iba a pasar.

Los perros nos rodeaban y por momentos nos montaban intentando meternos su gran verga dura.

Después de una hora escuché al juez gritar y es qué uno de los perros babeando lo había montado y le metía y sacaba a gran velocidad la verga durante un minuto en que se retiró dejando el culo del juez chorreando bastante leche, pero él aún se quedó en la posición.

A la medía hora sentí las patas de uno de los perros agarrarse de mi espalda y al instante sentí como un cuchillo caliente que entraba y salía de mi concha haciéndome gritar hasta que me llenó con su leche retirándose luego a una esquina.

Quise pararme pero la india me indico que no lo hiciera.
A los 15 minutos me montó un segundo perro volviendo a sentir ése cuchillo caliente pero en mi culo haciéndome gritar más fuerte por haber Sido más doloroso.

El gringo me ayudó a pararme y sentarme en una silla a esperar qué el último perro se cache al juez y pude ver qué ése último perro lo montó y después de meterle y sacarle su vergota se fué dejando chorreando su culo de leche.

El negro lo levantó llevándolo a la ducha donde el gringo también me llevó.

La India se encargó de bañarme por completo y la china lo hizo con el juez, al salir el gringo con una toalla se encargó de secarme lo mismo que el negro le hizo al juez.

Después nos llevaron a almorzar.

Juez : Te gustaron los perros ...