Relatos eróticos esposos cómplices cap 122 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 122

... últimas estocadas me volvió a abrazar en cucharita quedándonos dormidos.

A las 4 de la mañana, volví a sentir la dureza de su verga y  poniéndome de cara a la pared, me lo zampo por la concha, moviéndose tan fuerte cómo un animal y entre mis gritos y sus gemidos, me llenó mi concha con su leche, llevándome a dormir nuevamente en cucharita.

Nuevamente a las 7 de la mañana se despertó y colocándome encima de él boca arriba, me lo clavó por el culo, viéndome por el espejo del techo, saltar con los empujones qué me daba, logrando arrecharme y me moví para darle también gusto a mi cuerpo, hasta qué ambos soltamos harta leche 

Habiéndole gustado este último polvo, me beso en la boca, yéndonos a bañar jugando con el agua.

Cuándo me enjabonaba metía sus dedos en mi culo y en mi concha, arrechándome nuevamente y me dije " Con el próximo cliente me desahogo ", pero cuándo lo enjabone a él, se le paró la verga y levantándome la pierna, lo metió hasta el fondo y besándonos, dimos rienda suelta a nuestros deseos y con unas cuántas duras movidas nos vaciamos.

Terminando nos secamos y llamó pidiendo desayuno.

A los 10 minutos llegaron, limpiaron la mesa dejando el desayuno servido.

Cliente : Maru, ha sido una de mis mejores noches y te lo agradezco y prometo regresar muy pronto.

Me dió un beso apasionado de amor y llamando a la Mis se retiró.

Luego la Mís llamó, diciendo qué en una hora ...

... esté lista para otro cliente.

En ésta rutina estuve toda la semana y les comento los servicios más resaltantes.

- El viejito qué utilizó mi boca como concha, utilizó mis servicios por 3 veces más.

- A otro viejito le hacía el servicio de mamar su verga y tragarme su leche, pero antes echado encima mío me pedía qué le cuente cómo me cachan mis cacheros, quedándose conmigo entre 4 o 5 horas.

- Después la Mis trajo a un joven de 30 años mareado y queriéndo ahorcarme, yo lo golpeé y entre gritos me defendía, por qué quería pegarme, entrando la Mis con dos hombrones, dándole una paliza al borracho, llevándolo del cuello hasta la calle, mientras la Mis me abrazaba y me consolaba. Dándome 2 horas para relajarme y continuar con mi trabajo.

También con ésto aprendí qué a veces a una se le sube el ego, por qué hay hombres qué babean por una, pero hay otros hombres qué te tratan cómo basura.

El lunes temprano qué me bañaba, calculé qué en la semana había atendido más o menos 50 clientes y qué prácticamente no había descansado mucho.

Tomando desayuno con Mis Susan me recomendó no hablar nada de dónde he estado ni de lo qué hice.

Mis : No quieres trabajar conmigo. Tú eres una de las chicas más solicitadas y vas a ganar muy bien.

Yo : Mis, aún tengo compromisos por cumplir, pero lo pensaré y le aviso.

Me acompañó hasta dónde el chófer despidiéndome con un abrazo y un beso.

CONTINUARÁ