1. Kamila. Parte 2


    Fecha: 11/12/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Leinad191, Fuente: SexoSinTabues

    Capítulo III Primer Celo. La primera vez que Kamila se tragó mi leche… Recuerdo que a los cinco minutos me puse a reflexionar, sobre si lo que había hecho podía llegar a ser nocivo para su salud. En ese tiempo ni siquiera sabía algo acerca de mi propio semen. Inclusive llegue a pensar que podía ser perjudicial su consumo hasta para un humano (Ya sé que el yo del pasado era muy imbécil… lo sigue siendo en realidad. Me disculpo por eso. ) Sin embargo, no encontré nada en internet sobre el tema. Ni la típica noticia a lo “¡Expertos descubren que consumir semen puede matarte! ¡Mucho cuidado!”. En realidad, descubrí que era bastante bueno y para nada peligroso. “Proteína en estado puro”. “Excelente fuente de nutrición” "Una mascarilla es perfecta para el cutis" … Al menos eso decían algunos artículos que leí. Así me di cuenta que era una buena idea dejar limpiar a la perra hasta la última gota de leche. Era un acuerdo beneficioso para ambas partes: Por un lado, ahorraríamos una pequeña fortuna de papel higiénico, y evitaría las molestas manchas que terminan por quedar impregnadas en las sabanas o la alfombra, en algún descuido mío. Por el otro lado, Kamila estaría recibiendo una excelente alimentación de parte de un atleta nato… de hecho se veía más sana, y juraría que su pelaje brilla más, desde que recibe todos sus nutrientes de mi leche… ja, ja, ja, ja. Pasaron aproximadamente dos meses y medio desde el día que comencé a ver a Kamila como un depósito de fluidos cuadrúpedo ...
    ... (suena terrible, pero no puedo negar que así pensaba años atrás. ) En ese tiempo rara vez le permitía lamer mi verga. Tan solo me corría en su tazón, y la observaba tragar… Kamila había crecido desde aquella vez, pero su vagina todavía se veía muy pequeña y poco apetecible a mi gusto. En algún momento se me ocurrió introducirle mis dedos, pero me aterro la idea de lastimar a tan inocente criatura… Así que fui descartando la idea de penetrarla en alguna ocasión… Al menos… hasta que llego esa mañana. Kamila dormía en mi habitación, en una caja de cartón diseñada por mí (me refiero a dibujitos con marcadores de agua y estampitas de mi hermana je, je. ) Aunque casi siempre terminaba acurrucada y calentita en mi cama. Mi madre me decía que la sacara ya de mi habitación (supongo que presentía algo…) Me decía que ya había crecido bastante (Kamila, obviamente) y me llenaría la ropa de pelos. Pero, note que algo más, aparte de eso le preocupaba. No sabía qué, pero notaba cierto nerviosismo cuando intentaba darme más razones… Creo que al final descubrí que era eso que traba de contarme. Esa mañana desperté, y al mover la cobija que cubría a Kamila, pude ver una pequeña mancha rojiza. Estaba seca, pero por el fuerte olor que desprendía pude deducir que era sangre. Me asuste bastante… Llegue a pensar que era sonámbulo e inconscientemente termine haciendo una estupidez con la pobre perrita, o simplemente Kamila había contraído una enfermedad mortal… Estaba muy confundió (Repito, en ese tiempo ...
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