1. HICE QUE MI MADRE CUMPLIERA MIS FANTASIAS 2DA PARTE


    Fecha: 13/12/2018, Categorías: Incesto Autor: voyeur34, Fuente: SexoSinTabues

    En el relato anterior les conté como había iniciado el deseo intenso de disfrutar del cuerpo de mi madre. Si no lo han leído les dejo aquí el link: http://www. sexosintabues. com/RelatosEroticos-42686. html A modo de resumen les recordaré que mi primer acercamiento carnal con mi sabrosa madre, fue cuando comenzó a tener problemas con mi padre. Aunque yo desde antes disfrutaba de los momentos sensuales que me regalaba al estarse vistiendo y de los arrimones que le daba “inocentemente”, los últimos días se habían vuelto de deseo irrefrenable, hasta que mi madre comenzó a dormir a mi cama para evitar dormir con mi progenitor cuando discutían. Fue aprovechando esas ocasiones cuando me atreví a disfrutar de su cuerpo mientras dormía. Fue la primera vez que gracias a sus deliciosas nalgas obtuve un orgasmo de ella. Pero como dije al final del relato anterior, esa noche no se había cumplido mi mayor fantasía, simplemente me había aprovechado de las circunstancias. Lo que yo deseaba en realidad era tener un orgasmo mientras ella estuviera consciente, y que fuera consensuado. Es decir que ella me dejara masturbarme viéndola en ropa interior, acariciándola, morboseandola, diciéndole cosas perversas y que ella las escuchara, que me dejara explotar —en pocas palabras—, por la verga y por la boca para ensuciarle sus oídos y su cuerpo, con mis lascivos pensamientos y mi semen caliente. Esa idea de emputecerla a mi gusto, de hacerla que cooperara para saciar mis violentos deseos era lo que ...
    ... más me ardía en las entrañas, y hacía que mi verga se endureciera cada que la veía con el pantalón de oficina ajustado, con las faldas ejecutivas, sensuales que tan bien le quedaban entalladas a su cuerpo y realzaban sus redondas y perfectas nalgas. Cuando le veía el escote bajo sus blusas blancas, impecables, dejando asomar un poco su brassier entre la botonadura abierta, que permitía vislumbrar el volumen de sus pechos redondos, voluptuosos y jugosos como dos melones apretados. Esa era en realidad mi más anhelada fantasía. Pasó el tiempo y mi madre siguió yendo a dormir a mi cuarto, y por miedo a que me cachara abusando de su cuerpo, jugando con sus tetas y su culo hermoso, algunas ocasiones me contuve y trataba de mejor hacerme una buena chaqueta con su ropa interior antes de ir a dormir, para que así pudiera aguantarme, pero en otras ocasiones ganó mi perversión y mi deseo. Así que esa primera escena de fajármela mientras dormía mientras me masturbaba encima de su ropa, se repitió tres o cuatro veces más, sin que hubiera ningún problema. De hecho, en cuanto mi madre caía dormida, yo me le acercaba, esperaba veinte minutos a que cayera rendida y con mi pene ya elevado como una pepino y a punto de reventar, comenzaba la sesión de placer filial con la perra sabrosa de mi madre. Siempre vestida sexy para mí sin saber para quien se ponía las batas de seda o satín o los pantalones de piyama ligeros. Siempre frotaba mi verga dura contra sus nalgas y su rajada deliciosa, mientras ...
«1234...14»