1. HICE QUE MI MADRE CUMPLIERA MIS FANTASIAS 2DA PARTE


    Fecha: 13/12/2018, Categorías: Incesto Autor: voyeur34, Fuente: SexoSinTabues

    ... gesto de victoria. Me tenía de los huevos y le gustaba tenerme así, y a parte calentármelos. Lo que no sabía a ciencia cierta era cuando habría de aliviármelos ella misma. —Gracias por la invitación —dijo, como cerrando la conversación—. Solo una cosa más. —Dime. —No terminaste de explicarme tu fantasía. —Me interrumpiste. Ya que había agarrado valor. —Pues ahora dímelo, quiero saberlo. —Está bien, Moni, ya que insistes. La verdad, por ahora mi mayor fantasía es masturbarme sobre ti, sobre tu ropa interior, mientras me observas hacerlo. Consciente. Y que tú desees que lo haga. —Wow. suena interesante. —Quizá tu has hecho muchas cosas en tu sexualidad, pero por ahora para mi es lo que me pide el cuerpo y el alma. —Nada mal para ser el comienzo. —¿Tu crees? —Seguro. La madre es un ícono sexual por excelencia. Y a mi me encanta ser el tuyo. Disfruto que me veas, y que te guste verme en ropa interior y que desees mi cuerpo. Eso es muy sensual. —Sí que lo es. Ya no dijo mas. Descendió del auto aun medio mareada, se puso las zapatillas (en México significa zapatos de tacón alto), y nos dirigimos hacia la puerta. Mi pene era ya un mástil perenne, o sea, toda la noche parado y en ese momento aún más. El momento cumbre era ese. Tremenda calienta vergas era mi madre, una perra sensual y calculadora, con clase, pero al fin una zorra cachonda. Cuando llegamos a la puerta, metió la llave y la cerradura cedió. Aquello estaba oscuro. Cuando iba a la mitad de su recorrido, mi madre se ...
    ... detuvo, y yo choqué contra su espalda, estábamos mas dentro que fuera. Mi pene se restregó una vez mas contra sus ricas nalgas y esta vez no disimulé. Ya todo estaba dicho entre los dos. Ella lo ocasionó, por eso decidí quedarme ahí, apretado a su cuerpo. Ella giró su cuello de cisne que desprendía un olor delicioso y sensual. Me habló al oído, en susurros. —Ya llegó tu padre. Iré a dormir a tu cuarto. Caminamos dos o tres pasos, y cerré la puerta detrás de mí, con mucho cuidado. —Está bien. Por mí encantado. —Ya lo creo, mi niño. Mi madre levantó su trasero y lo restregó contra mi verga ardiente y dura. Luego se separó y subió al baño para cambiarse la ropa y asearse. Antes de que se marchara pude atisbar en la oscuridad su maléfica sonrisa de dentadura blanca y hermosa. Mi madre fue a mi habitación y yo entré al sanitario y luego me lavé la boca. Cuando regresé a mi habitación mi madre estaba profundamente dormida. Las copas y el baile le cobraron factura tal como lo había pensado. Me metí en la cama pensando que la encontraría como siempre, pero esta vez mi madre se había limitado a quitarse el vestido. Lo había encontrado en el suelo al regresar del baño. Estaba dormida con sólo su ropa interior. La misma que me había dejado ver y sentir esa noche de baile y copas. La vi por un instante al levantar las cobijas para arroparme. Ahí la tenía dócil y sensual para mí. Yo estaba a cien mil por hora, y sobre todo con el acelerón de los últimos minutos en el auto de mi madre, con el ...