1. HICE QUE MI MADRE CUMPLIERA MIS FANTASIAS 2DA PARTE


    Fecha: 13/12/2018, Categorías: Incesto Autor: voyeur34, Fuente: SexoSinTabues

    ... interrogatorio erótico. Así que no dudé más. Sabía que mi madre sabía que esa noche haría algo con su cuerpo, que la usaría para mi placer. Pero no me lo dijo, ni me lo insinuó. Simplemente yo lo intuí. Así que con la verga a punto de estallarme dentro del piyama decidí que esta vez, como lo había planeado días antes, no me vendría sobre su ropa, sino en su piel, suave, dulce, aromatizada. Era la culminación magistral de aquella noche llena de erotismo, bañada de sensualidad. Por costumbre primero me cersiore de que ella durmiera, y para ser honestos no solo dormia, hibernaba, su respiración era profunda. La tenía libre a mis anchas. Saqué mi verga del piyama y comencé a frotarlo sobre el satin de su bikini blanco, muy lindo. Se sentía la gloria en mi glande. Ya inspirado por aquel olor delicioso que desprendía el perfume de mi madre, liberé sus tetas de su brassier, sin quitarse, solo quedaban por encima de la prenda blanca que las sujetaba, contradiciendo a la ley de la gravedad. Ambas rebotaron arriba y abajo al verse libres. Me alce un poco para verlas, y ahí estaban portentosas, sublimes, un par de melones duros y turgentes. De pezones rozados y pequeños. El encaje de su sostén los adornaba por la parte inferior de una manera seductora que me calentó mas. Comencé a sobarlas y apretarlas con desespero, sentí muchas ganas de chuparselas, pero no quería adelantarme a otro episodio, había tiempo, decidí desde aquel instante que viviría mis fantasías una a una, e iria ...
    ... tomando lentamente cada parte del cuerpo de Moni, conforme todo se fuera dando. Aquella parte era casi sagrada para mi, y con solo verla me sentía satisfecho y extasiado. Me acomodé como de costumbre, rodeando su cuello con mi brazo izquierdo para sujetar con mi mano sus tetas. Y con la derecha comencé a trabajar, masturbándome mientras sobaba mi pene entre las nalgas de mi madre. La suavidad del satinado me hacía sentir escalofríos de placer que me causaban estremecimientos. Cada segundo lo disfrutaba recordando todo lo pasado en el bar, todas las palabras en el auto, con su voz sensual. ¿Te gusta mi ropa interior hijo? Y mi culo ¿te parece sensual? ¿mis nalgas te parecen sexys?. Recordaba cada fragmento de la conversación para excitarme más y mas, frotando y sacudiendo mi miembro con mis manos contra el culo de mi madre. El satin, su rajadita, sus tetas hermosas, su olor, todo junto y en mis manos. Sometida a mi voluntad y quizá por su voluntad. Todo junto, en aquel momento y en aquellas circunstancias me llevaron a un instante supremo y maravilloso, en el que decidí bajarle las bragas a media nalga y posar mi miembro sobre su culo entre sus nalgas desnudas, sintiendo luego el choque de su piel contra mi cabeza roja y sensible de tanto frotar, y después de tres manotazos más a mi miembro, arriba abajo, arriba abajo, arriba abajo, y sentir su culo caliente bajo mi camote, como si hubiera activado una granada, y en cámara lenta, una sucesión infinita de espasmos se apoderaron ...