1. Cara cortada, Gazapo Silvero y los atajos cuberos


    Fecha: 14/12/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    Vicente ni siquiera ahora sabía con precisión qué hacer. En comparación con sus usuales especulaciones amatorias, este era un compromiso importante y serio. Ignoraba cuanto había de por medio y hasta dónde tendría que llegar para obtener lo que hubiese de obtener… se creía con posibilidades. Estos pensamientos, al contener su júbilo, impartían a su tono una sobriedad muy acorde con las circunstancias.
    
    —¿Adónde quieres ir Verónica? –inquirió con voz suave.
    
    —¡No me lo preguntes! He venido a pasar aquí el fin de semana, eres tú el que debes decidir que enséñame de tu pueblo.
    
    Vicente dedujo que estaba muy excitada pero muy contenta de volverlo a ver. Se había quedado silenciosa a su lado por un momento y luego, de repente, hizo algo que él jamás hubiera esperado: deslizó la mano bajo su brazo.
    
    —El temario ha sido duro, pero ya estamos en el último trabajo de final de carrera, por fin se ha terminado —dijo Verónica.
    
    —Sí, son sensaciones inherentes a la satisfacción de una labor formacional para desempeñar en una labor, Verónica.
    
    —Tu siempre con ese lenguaje tan elegante, y eso que te quejabas de que eras de pueblo, por cierto dime Vero.
    
    —Para mí era muy importante tener unos estudios, la gente que los tiene se diferencia al resto, todos mis amigos trabajan, ya bien en la obra, en supermercados o gasolineras; yo quería otros parámetros culturales, Vero.
    
    —¡Eres un valiente, no cabe duda!
    
    —El éxito se basa en eso, a los que arriesgan con una formación ...
    ... sólida —dijo en tono decidido y algo altivo.
    
    Por miedo a aventurar su inteligencia por caminos en los que su natural no alcanzase para guiarlo, Vicente desplazo su mente con resolución, todas sus suposiciones, conjeturas y teorías. Tenía allí a Vero, entregada por completo a él, la había impresionado y esa era la consideración principal.
    
    En las paredes no había nada más que el ladrillo visto, una superficie rojo sangre, manchada con chorreaduras de cemento cola. En dicha pared se alzaba un andamio estaba Marcos, alias el cara cortada sosteniendo entre sus manos una radial Makita. Vestido con pantalones de trabajo de diversos bolsillos y camiseta sin mangas, sumergía sus brazos en el boquete abierto en la pared, era un trabajo que requería una media hora, por eso él lo había terminado en veinte minutos.
    
    —¡Dile al hijo puta de la hormigonera que se dé prisa, es un puto vago! Marcos.
    
    —¡Estoy cansado que me exploten como a un puto negro, no me toquéis los cojones —grito el de la hormigonera.
    
    —¡Me cago en la puta madre que te pario, a rapar como todos, puto imbécil si no te gusta vas al encargado de la obra! —dijo a grito pelado el otro.
    
    —¡Cuidado, al loro cara cortada, ahí viene la biga, cógela, ponla como si fuera una polla y el agujero un coño ¡jajajaja!
    
    Cara cortada debía su apodo a varios años atrás, en una obra ejecutada con cemento armado y varilla forjada de mallazo, utilizando en vertical y a contramano una amoladora angular BOSCH GWS 22-180, esa misma ...
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