Relatos eróticos esposos cómplices cap 130 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 130

... recurrir nuevamente a nosotras.

Yo : Mis, entonces no son locos.

Mis : No mamita, vienen desquiciados por sus mujeres o a vivir una fantasía.

El viejito qué te traje, viene para vivir un sueño y tú, se lo concediste y se fué feliz. El otro tiene problemas con su mujer, por que sospecha que le es infiel y cómo no tiene pantalones para enfrentarla, lo hace contigo y se fué desahogado. A ellos no les interesa pagar, lo qué ellos buscan es donde desfogar.

Mis : Yo creo qué para el primer día está bien, ahora báñate, cámbiate y bajas o comes aquí tus alimentos y después descansa.

A las 6 me llamó la Mis para traer a otro cliente. 

A las 7 me dejó a un viejo con cara de angel y dándome un beso en la boca se puso a bailar conmigo y de a pocos me fué desnudando, hasta dejarme calata y él también mientras seguíamos bailando, él se iba desnudando, sintiendo en mi pierna el roce de su verga y la bolsa de sus huevos bien suavecitos.

Luego me soltó y haciéndome arrodillar me hizo chupar su verga y huevos. A veces quisiera hacer algo por éstos pobres hombres, para qué se les pare las vergas, sólo para qué me cachen y no se queden con sus ganas. Cómo sufrirán me dije.

Hice hasta lo imposible, pero todo fué en vano, luego me hizo subir a la cama para besar todo mi cuerpo, descansando por momentos tomándose 2 horas, deteniéndose en en mi concha y mi culo.

Cuándo le veía que su verga se mojaba, me tragaba su líquido. Cansado se echó encima mío y al oído me pidió que ...

... le cuente del más vergon qué me ha cachado.

Me acomodé, abrazándolo con piernas y brazos, contándole cómo me cachó el juez. Tanto le gustó qué en el relato se movía como sí me estuviera cachando.

Me pidió en total 3 relatos y luego me volteó mordiendo mis nalgas, para luego  alistarse, yéndose con  la Mis a la una de la tarde.

Después la Mis me trajo a dos tipos de 30 años, qué me trataron normal, pero en el sánguche fueron muy brutos, teniendo que gritar, por qué éso, es lo qué le gusta a los hombres.

Me hicieron 4 sánguches variados y en los descansos no perdían el tiempo, por qué bien me chupaban las tetas o yo les chupaba sus vergas.

Se fueron cómo a las 9 de la noche y la Mís me preguntó si podía atender a un viejito que se quedaría hasta mañana o prefería descansar. Le dije qué me lo traiga.

Era un viejito cómo de 90 años y en primera, me preguntó si yo sabía escuchar. Señor, no solamente sé escuchar, también me gusta escuchar.

Nos desnudamos y tapados en la cama, comenzó a contarme toda su vida, desde cuándo se dió el primer pajaso. A mí me dió hambre y le pregunté si también le apetecía, me dijo que pida para dos que él invita.

Pero el viejito, ni comiendo se callaba. Me dije, pobre hombre, posiblemente en su casa no hay quien lo escuche o nadie lo quiere escuchar.

Luchaba para no quedarme dormida y a las 8 de la mañana me dijo qué tenía qué ir a la clínica y qué otro día vendría. Se alistó y dándome un beso, se fué con la Mís, qué luego me ...