Relatos eróticos esposos cómplices cap 130 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 130

... familia y de sus negocios, tomando otra botella de vino.

Al tener la verga dura nuevamente, me volteó con delicadeza y mientras  untaba la crema en mi culo me iba besando las nalgas.

Luego se tendió encima mío y diciéndome palabras bonitas por la nuca, sentía los empujones metiéndo su vergota en mi culo.

Cuándo lo tuve toda adentro, nos movimos como locos, siempre golpeándome contra la cama, hasta qué sentí su leche caliente recorrer mis entrañas.

Descansamos medía hora y después de alistarse se despidió, dándome un beso en la mano. Todo un caballero. 

Mis : Maru, veo qué te brillan los ojos por ése joven. No te dejes llevar por las apariencias, ni de las palabras bonitas, ni de su vestido y menos de los halagos. Hija, tienes qué ser bien cauta.

Yo : Mis, es todo un caballero.

Mis : Si a mi me preguntas, te diría qué es un farsante.

Así continuó el negocio prosperando y el chico cada 15 días llegaba a tomar mis servicios, hasta qué un día me invitó a salir y acepté feliz.

Estuvimos paseando por un parque, comimos helados, después nos fuimos al cine, luego a un bar y después a un hotel en dónde me dió 2 polvos.

Mareada como estaba en el camino a mi negocio me dijo 
" El viernes te espero, para pasar otro día igual, pero no le digas nada a la Mis, por qué la noto envidiosa "

Ésas palabras resonaban en mi mente y decidí no contarle ...

... nada a la Mis.

Seguimos saliendo y a los 2 meses, me dijo qué quería casarse conmigo, pero esperaba una oportunidad para hablar con su familia.

Yo estaba tan feliz qué deseaba gritarlo al mundo entero, pero él me dijo qué no hablara nada.

Al mes me pidió por favor un préstamo urgente, qué el negocio qué hizo se cayó y su papá se molestaría.

Le presté 50 mil sin qué nadie se entere.

Después, siguió pidiéndome más préstamos y ante el reclamo de mi mamá, me molesté con ella, aclarando qué la dueña era yo.

Seguí viviendo momentos de pasión, mientras por uno u otro motivo me pedía plata.

Hasta qué mi mamá le contó a la Mis qué yá había sacado 300 mil. Me habló muy seria, diciendo qué no permitirá qué siga sacando dinero. Me molesté con ella y seguí obedeciendo a mi novio.

El día menos esperado salí embarazada y feliz se lo conté, me dió una paliza para abortar. Defendí mi barriga como pude, dejándome magullada por todos lados.

Avergonzada no regresé a mi negocio, alojándome en un hotel.

El capitán me buscaba por mar y tierra, encontrándome al mes, en un estado deprimente, golpeada, con hambre y completamente ebria.

Me llevó a mi negocio siendo atendida por la Mis y mi familia.

El capitán enterado bien del asunto, lo buscó y cuándo lo encontró, le dió una paliza qué le debe durar años y sin querer regresar por éste lugar.

CONTINUARÁ